Después de la tormenta llega la calma”, reza el refrán, pero para la gente que habitaba el Cambray II, la tormenta dejó mucho dolor y miedo, y la tranquilidad llegó hasta mucho tiempo después, aunque la solidaridad de los guatemaltecos y las acciones de entidades estatales la consoló y le dio esperanzas de vida nueva, a pesar de la pena.
El Gobierno tomó la decisión de reconstruirles la vida y se dio a la tarea de buscar un terreno dónde poder edificar tantas casas como fueran necesarias, para brindarle cobijo y abrigo a las personas que habían quedado sin casi nada después del terrible alud que soterró sus viviendas, ocurrido el 1 de octubre, y que cobró la vida de 280 personas.
Por su parte, los guatemaltecos se dieron a la tarea de reunir fondos para contribuir a la causa, y el Congreso de la República decidió tomar de su caja de ahorros y aportar algunos millones para construir los techos de las familias de El Cambray II, en San José Pinula, en una propiedad que se le había quitado al narcotráfico por medio de la extinción de dominio.
Se decidió que el trabajo de planificación, urbanización y construcción se hiciera por medio de trámites administrativos y con mano de obra estatal. De tal cuenta, se responsabilizó al Cuerpo de Ingenieros del Ejército, al Ministerio de Comunicaciones y a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, de conducir y realizar la tarea de poner en pie a El Cambray II en el menor tiempo posible.
Para la Navidad pasada, todos los trabajadores pusieron tiempo y esfuerzo extra para concluir con al menos un grupo representativo de viviendas, como regalo de esta fiesta para los cambrayanos. En esa ocasión se entregaron 10 unidades, y ahora, al inicio del nuevo año, se concreta un número de 35 más, con la promesa de trabajar duro para completar las 181.
El proyecto, denominado Mi Querida Familia, resulta siendo, además del cobijo de las familias afectadas, un nuevo centro urbano que dará paso al desarrollo comercial de la zona, que le proveerá de servicios a la nueva comunidad, como el transporte, para el cual dos empresas han solicitado el permiso.
Se continuará en las labores para terminar las casas que hacen falta, la escuela, el monumento a los fallecidos y la estación de Policía. Este es un ejemplo de pronta asistencia. El 30 de octubre se colocó la primera piedra, y 3 meses después, 45 núcleos cuentan con un techo propio y seguro. Hay que reconocer el esfuerzo de las organizaciones de Gobierno y la solidaridad del pueblo de Guatemala, que pudieron poner de pie a El Cambray II.
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