Invadidos por un ambiente de total entusiasmo, energía y dinamismo, no menos de mil 200 corredores, entre élite y aficionados, le dieron vida a la XXXIV edición de la Carrera del Ingeniero, en la que Mario Pacay y Heidy Villegas se consagraron como ganadores.
Con la llegada de los primeros rayos de sol, profesionales de ingeniería, entre otros, y corredores de distintas edades y condiciones, lucieron su mejor disposición para engalanar la fiesta deportiva que contó con 15 categorías.
El punto de partida y meta fue el Colegio de Ingenieros de Guatemala, donde a las 8:00 salió la rama de capacidades diferentes y minutos después, el resto de competidores fueron protagonistas de una marea multicolor que recorrió 12 kilómetros de la metrópoli, surcando por calles como la Calzada Atanasio Tzul, entre otras.
“En el kilómetro 9, desde el retorno, empecé a marcar mi propio ritmo y los que se me habían pegado, me dejaron en solitario y así llegué a la meta”, destacó Pacay, al concluir la prueba de la que salió solvente y con el título de monarca en la mano.
Regreso complicado
Asimismo, el atleta juvenil, quien detuvo las agujas en 38:07.40, resaltó: “Los primeros kilómetros estuvieron suaves, pero en el regreso se complicó porque ya era un poco de subida”; posteriormente afirmó sentirse contento por cerrar el 2015, y empezar el 2016, con victorias en carreras de las que se ha involucrado por primera vez.
Con la misma gloria, pero en su respectiva división, Villegas impuso su ritmo y sometió a rivales de más experiencia, cruzando la meta en 44 minutos con 51 segundos.
“Me siento feliz por haber participado y obtener el primer lugar. Estuvo complicado, pero me ayudó la subida porque ahí logré sacarle ventaja a Merlin Chalí (segundo lugar)”, dijo la atleta.
“Venía sufriendo con aire en el estómago pero lo pude dominar y lo conseguí gracias a Dios”, apuntó la oriunda de Quiché, quien, además de ocupar el primer lugar, rompió con la hegemonía que Chalí había impuesto en la popular carrera.
Al final, los organizadores del certamen entregaron un cheque simbólico, por Q 20 mil, a representantes del Hospital San Juan de Dios, nosocomio al que fue dedicada la edición.
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