Grande es el trecho entre las pláticas en mesas y las tareas en los puestos de trabajo.
Muy simbólica es la fotografía de un viceministro de Trabajo rodeado, aplaudido y abrazado por dirigentes sindicales después de explicar por qué no firmó un acuerdo gubernativo.
Igual de llamativa es la rúbrica de un conocido asesor patronal que en calidad de autoridad suscribe la implantación de “salarios diferenciados” en 4 municipios, acción bien recibida en el ámbito empleador.
En ese marco, desde unos espacios de la sociedad se rechaza frontalmente la normativa, y en contraposición, desde otros se celebra lo suscitado en torno de Masagua, Escuintla; Guastatoya y San Agustín Acasaguastlán, El Progreso, y Estanzuela, Zacapa.
Quienes rebaten fijar en Q1,954.95 la remuneración en las circunscripciones aludidas, esgrimen, entre otros argumentos, que la cantidad está por debajo del salario mínimo que rige en todo el país.
De su lado, los que respaldan lo resuelto mencionan que es la puerta para inversiones y plazas en una zona débil en la generación de relaciones laborales formales.
Vale apuntar que la iniciativa nació hace año y medio a propuesta de los alcaldes respectivos; sin embargo, la Corte de Constitucionalidad declaró inconstitucional un salario que no cubría la canasta básica, situación que se corrigió y permitió que la semana pasada se publicara una escala modificada.
Pero como es usual, toda decisión en nuestro país toca intereses y divide o hasta polariza las opiniones, de manera que las actuaciones del Ministerio de Trabajo causaron un cortocircuito y encendieron las pasiones.
Ahora bien, es importante anotar que un salario jamás será justo, en especial un mínimo que en Guatemala ha equivalido a máximo, pero no puede obviarse que tener un ingreso es esencial; tampoco debemos ignorar que históricamente las remuneraciones en distintas esferas se han dado sin respetar las leyes.
Oportuno sería que a las voces críticas y a las expresiones favorables se antepusieran las de los vecinos de los 4 municipios, a fin de saber qué ganan y qué pierden con garantizar una retribución cercana a los Q2 mil, es decir, cómo están y cómo podrían estar.
Sin una “tomografía” del área, sus condiciones y perspectivas, fácil es asegurar que se violan derechos, se propician privilegios o estimula el desarrollo, planteamientos hasta cierto punto etéreos, los cuales ameritan de traducirse en situaciones concretas.
Y es que para poder hablar de si son Q700 menos respecto del salario mínimo nacional, de casi Q2 mil palpables o de Q2,700 que jamás se verán, es preciso conocer qué viene en realidad para esta región, qué brinda en recursos y mano de obra, y qué ofrecen los inversionistas más allá de aportar la nómina. Claro, también queda la vía de la CC cuya participación podría bajar el telón a las discusiones.
Deja un comentario