En memoria del atentado del 7 de enero del año pasado, el semanario satírico francés Charlie Hebdo, publicará el miércoles un número especial en cuya portada figurará el dibujo de un dios barbado, armado con un fusil Kalachnikov y con el hábito ensangrentado, bajo el título: 1 año después, el asesino aún corre.
Este número tendrá un tiraje de por lo menos 1 millón de ejemplares, de los cuales decenas de miles viajarán al extranjero. Contará con un cuaderno de caricaturas de los dibujantes Charb, Honoré, Cabu, Wolinski, Tignous, asesinados por 2 yihadistas.
El dibujante Riss, actual director del semanario, quien fue gravemente herido hace un año, firma un editorial con una furibunda defensa de la laicidad y denuncia a los “fanáticos alienados” que querían la muerte de la publicación por “osar reírse de lo religioso”.
Actualmente, la publicación tiene ediciones de 100 mil ejemplares en quioscos y 183 mil suscriptores.
Antes del atentado sufría grandes dificultades financieras y vendía apenas 30 mil ejemplares por semana.
Prólogo sangriento
Un día después de lo ocurrido en las oficinas de la revista, otro musulmán radicalizado, mató a una agente de policía cerca de París y el viernes 9 atacó un supermercado de comida judía, provocando la muerte a 4 personas, antes de morir en el asalto policial. Los atacantes de la publicación, atrincherados en una imprenta al noreste de la capital francesa, fueron abatidos poco después.En 3 días, los yihadistas, que reivindicaron sus vínculos con Al Qaida o el grupo Estado Islámico (EI), dejaron 17 muertos.Después de jornadas mundiales de indignación y muestras de solidaridad a todos los niveles, la vida en Francia volvió lentamente a su curso, con nuevas medidas de vigilancia.
Sin embargo, el horror regresó el 13 de noviembre, cuando 9 hombres, la mayoría combatientes en Siria, atacaron de manera coordinada un estadio de futbol, las terrazas de bares y restaurantes y una sala de conciertos en París. El EI se atribuyó los peores atentados de la historia de Francia, con un saldo de 130 muertos.
Charlie se siente solo
“Sentimos una escandalosa soledad. Nos hubiera gustado que otros hicieran sátiras”, confiesa uno de los accionistas de la revista que se ha convertido en un símbolo mundial de la libertad de expresión, Eric Portheault. “Nadie se ha sumado a este combate, porque es peligroso. Podemos morir”,
puntualizó.La publicación consiguió reaparecer y mantenerse fiel a sí misma. Cada miércoles publica sus 16 páginas de ilustraciones mordaces, blasfemas o picantes para denunciar el racismo, la intolerancia y los entresijos del poder.
El equipo, de 20 miembros, acaba de trasladarse a nuevos locales de máxima seguridad cuya dirección se mantiene en secreto.
Las buenas cifras nos han apaciguado. “Con los atentados del 13 de noviembre”, que dejaron 130 muertos en París, “y el aniversario, todo vuelve a la superficie”, confiesan.“No abandonaremos. No queremos que hayan muerto por nada”, aseguró Portheault. *Con información AFP.
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