El gobierno del presidente Bachard al Asad prepara una respuesta contra las facciones islamistas que, respaldadas por Turquía, han tomado poblaciones situadas en el territorio de Siria.
Cuatro días de ofensiva de la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante y facciones apoyadas por Turquía han bastado para expulsar al Ejército y a las milicias proiraníes aliadas del presidente sirio, Bachar al Asad, de grandes zonas del noroeste de Siria, entre ellas la segunda ciudad del país, Alepo.
La ofensiva liderada por la alianza islamista (integrada por la exfilial de Al Qaeda en Siria, el antiguo Frente al Nusra) ha cumplido sus promesas de “liberar” el noroeste del país árabe de Al Asad. La cobertura aérea proporcionada por Rusia, el principal aliado de tampoco ha logrado detener de momento el avance de los islamistas, que han tomado el control de Alepo, la segunda ciudad más grande del país árabe.
El ministro de Exteriores de Jordania, Ayman Safadi, aseguró a su homólogo sirio, Basam al Sabag, su apoyo ante la rápida ofensiva y le recalcó la importancia de alcanzar una solución política en el país.
En una llamada telefónica, Safadi aseguró que Jordania sigue estos desarrollos con “preocupación”, y aseveró su apoyo a Siria y a la “unidad, su soberanía, estabilidad y seguridad ciudadana.
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