Carlos Morales Monzón
Periodista y Profesor Universitario
Leo y escucho, en los últimos días, críticas al Presupuesto General para 2025. Principalmente que es muy alto. Para quienes desconocen principios básicos de la economía, es entendible que no lo comprendan. Pero para quienes los conocen, las críticas suenan a malas intenciones contra el Gobierno.
Por lógica, los presupuestos crecen año con año. Crecen incluso a menor velocidad que lo hacen las poblaciones y sus necesidades. Y es para cubrir estas últimas que los gobiernos deben asignar recursos, pues es su obligación redistribuir equitativa y eficientemente los recursos que recauda de la misma población y que se expresan en impuestos.
Este gobierno tiene centrada su atención en mejorar la infraestructura social.
Y léase bien el nombre de esta herramienta financiera: PRE-SUPUESTO. Es decir que prevé las necesidades y establece la suposición de satisfacerlas. Por ello es que un presupuesto no debe considerarse alto y menos si las previsiones de recaudación son buenas. El asunto es que en la mayoría de oportunidades esas recaudaciones son incapaces de cubrir por sí solas las necesidades que demandan ser atendidas. Eso es lo que genera los famosos déficit y obligan a recurrir a otros mecanismos financieros para cubrirlos.
La mala experiencia de gobiernos pasados, que elevaban los presupuestos, recurrían a la deuda y no satisfacían las necesidades previstas, ha hecho que los guatemaltecos desconfiemos. Pero todo nuevo gobierno se merece el beneficio de la duda. Es decir que debemos esperar a que se ejecute el presupuesto y ver si lo hace bien o mal.
Pienso entonces que lejos de criticar el monto del presupuesto, se debe esperar a finales de 2025 para comprobar la capacidad y la calidad de la ejecución. Entonces, si estas características muestran indicadores negativos, sí valdrá la pena criticar. Pero antes, NO.
Debemos esperar entonces a ver cuánto de lo previsto financiar con el presupuesto se ejecutará. Hay que revisar la parte de los egresos e ir dando seguimiento a su ejecución. Al final, será fácil observar si se hizo lo que se promete o todo quedó únicamente en el papel.
Este gobierno tiene centrada su atención en mejorar la infraestructura social, es decir en mejorar el nivel de las escuelas, el de los puestos y centros de salud, así como en proveer hospitales regionales. Centra su atención en mejorar las condiciones de vida de sus pobladores.
Tanto piensa en esto último que contempla cooperar con la municipalidad capitalina en la instalación de un metro de superficie, que ayude a reducir los niveles del desesperante congestionamiento de tránsito que hoy día se enfrentan.
Incluso se habla del inicio de la construcción de un metro de mayor cobertura geográfica.
Pero todo esto debe ser auditado por la población. Si al final de 2025 nada de ello es visible, pues entonces si cabrá la crítica. Pero antes, NO.
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