La Asamblea Nacional nicaragüense aprobó este miércoles en Managua dos reformas legales con las que extienden de cinco a seis años los períodos de los jefes del Ejército de Nicaragua y de la Policía Nacional.
Las reformas, enviadas por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, fueron presentadas en el pleno el lunes de esta semana al Legislativo y aprobadas de forma unánime en la sesión de hoy.
La Ley de Reforma al Código de Organización, Jurisdicción y Previsión Social Militar, y de Ley de Organización, Funciones, Carrera y Régimen Especial de Seguridad Social de la Policía Nacional, establecen ahora un período de seis años para el ejercicio del cargo de comandante en jefe del Ejército y de director general de la Policía Nacional, respectivamente.
En su exposición de motivos, Ortega indicó que esas reformas tienen como objetivos proporcionar una mayor estabilidad al Ejército y a la Policía, favorecer una gestión más duradera y eficiente, y asegurar la continuidad de las políticas y estrategias de defensa nacional y seguridad ciudadana, lo cual fue respaldado por los legisladores.
En el caso de la reforma al Código Militar, se estableció que el comandante en jefe del Ejército será nombrado por el presidente de la República a propuesta del Consejo Militar por un período de seis años.
El jefe del Ejército será nombrado por el Ejecutivo el 21 de diciembre y tomará posesión el 21 de febrero del siguiente año a su nombramiento, según la reforma.
La propuesta del Consejo Militar deberá enviarse al presidente de la República por lo menos un mes antes de la fecha de su nombramiento. Y el comandante en jefe del Ejército saliente continuará en el ejercicio del mismo hasta que su sucesor tome posesión del cargo.
Según la enmienda, ningún pariente del presidente y del vicepresidente de la República dentro del cuarto grado de consaguinidad y segundo de afinidad podrá ser nombrado comandante en jefe del Ejército.
En caso de ausencia o falta temporal del comandante en jefe, desempeñará sus funciones el jefe del Estado Mayor General, y cuando la falta sea definitiva asumirá el cargo, interinamente, el jefe del Estado Mayor General hasta que el nuevo comandante en jefe sea nombrado, y en ese caso, podrá tomar posesión del cargo de inmediato.
En tanto, en el caso de la Policía, el presidente de la República nombrará a su director entre los miembros de la Jefatura Nacional que tengan el grado de comisionado general. El nombramiento se hará el 7 de enero del año en que corresponda y tomará posesión el 7 de marzo de ese mismo año.
Según la reforma, el presidente de la República podrá prorrogar en el cargo al director de la Policía Nacional “de acuerdo a los intereses de la nación”.
La Policía Nacional es dirigida por el primer comisionado Francisco Díaz, consuegro de Ortega y de la vicepresidenta Rosario Murillo, quien ha jurado lealtad a la pareja presidencial y al “trabajo ideológico” del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), partido en el poder en Nicaragua desde 2007.
Mientras el Ejército de Nicaragua es dirigido desde 2010, y por tercer mandato consecutivo de cinco años, por el general de ejército Julio César Avilés Castillo, de 68 años, un destacado exguerrillero sandinista.
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