El Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), informaron ayer que avanzan en el proceso de implementación de la clasificación central de productos y el uso de herramientas informáticas asociadas con la producción de la hoja de balance de alimentos.
Este es un resultado de una serie de reuniones técnicas entre ambas instituciones y forma parte de la actualización metodológica de este indicador, el cual busca ofrecer información más precisa, para reflejar de mejor manera la disponibilidad de comestibles en el país.
Esta hoja es un ítem que permite analizar la disponibilidad de los alimentos más importantes que forman el patrón de consumo de la población en un período de referencia determinado, ya sean en términos físicos o nutricionales. Toma en cuenta factores como producción, importación, exportación y uso de semillas, entre otros.
Este sistema verifica la escasez o excedentes, en términos de oferta o disponibilidad, la cual se complementa con datos de la Canasta Básica Alimentaria que analiza la demanda.
Cada año el INE recopila datos de diferentes fuentes, con el fin de identificar tendencias sobre disponibilidad, brechas y nivel de dependencia alimentaria. En este sentido, ayer se realizó la primera reunión del grupo de trabajo para el desarrollo de la metodología.
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