Juan Everardo Chuc Xum
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El racismo es una construcción social, que tiene como fin la dominación y/o el sometimiento de seres humanos y pueblos, usa particularmente lo biológico y lo cultural como estandartes de superioridad, mientras que la discriminación es la materialización del racismo por medio de los verbos de exclusión, restricción, distinción y preferencia por motivo étnico, género y religión (espiritualidad), entre otros.
Las consecuencias del racismo son devastadoras porque limitan el desarrollo integral de cualquier país; estanca la economía, las buenas relaciones sociales, el desarrollo cultural, excluye todas las formas de ejercer ciudadanía y política y sobre todo mata dignidades de las ciudadanas/ciudadanos y pueblos afectados. En Guatemala han trascurrido 499 años de resistencia del pueblo maya ante estos azotes sociales, acrecentados con el tiempo según índices de desarrollo humano y en donde la pobreza, extrema pobreza, hambre, insalubridad, falta de educación, economía de subsistencia, desempleo y pérdida de identidad cultural, entre otros, afectan directamente a los pueblos originarios e indígena de esta gran nación.
En Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos.
Guatemala es rica en cosmovisiones, flora, fauna, conocimientos, saberes ancestrales y culturales, por lo que se debe de soñar y trabajar por una vida más digna y próspera de los pueblos: maya, xinka, mestiza y garífuna; las nuevas ciencias del mundo coinciden con el pensamiento de los pueblos originarios de Siwan Tinamit, en la urgente necesidad de germinar nuevas visiones del mundo para no fragmentar el universo y evitar nuestra propia desgracia.
Ante lo mencionado, cabe destacar en la indispensable necesidad de viabilizar en serio el Artículo 4º, Libertad e Igualdad Constitución Política de la República, que anota: En Guatemala, todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos. El hombre y la mujer, cualquiera que sea su estado civil, tienen iguales oportunidades y responsabilidades. Ninguna persona puede ser sometida a servidumbre ni a otra condición que menoscabe su dignidad; esto significa abolir la hegemonía colonialista y de los conservadores del país, entre otros, y con ello avanzar en la construcción de la Guatemala multiétnica, pluricultural y multilingüe; es decir edificar, con participación de todas y todos.