Leonel Guerra Saravia
La industrialización es la utilización de tecnologías que sustituyen la habilidad del artesano por el uso de la máquina. El informe destaca, por ejemplo, el papel fundamental que desempeña la industrialización en el desarrollo humano.
Su impacto en el cambio tecnológico y la innovación impulsa las aptitudes y el aprendizaje, permite la creación de bienes esenciales y promueve el cambio social. La causa que motivó estos cambios fue la Revolución Industrial, un fenómeno de industrialización acelerada que se inició en Gran Bretaña en la segunda mitad del siglo XVIII y cuya base radicaba en la aplicación de una nueva fuerza mecánica a la producción y más tarde al transporte: la máquina de vapor.
La ingeniería de manufactura, o el proceso de fabricación, son los pasos a través de los cuales las materias primas se transforman en un producto final. El proceso de fabricación comienza con el diseño del producto, y la especificación de los materiales con los que se fabrica el producto. A continuación, estos materiales se modifican mediante procesos de fabricación para convertirse en la pieza requerida.
El proceso de fabricación, son los pasos a través de los cuales las materias primas se
transforman.
Desde el origen del ser humano, este ha tenido la necesidad de transformar los elementos de la naturaleza para poder aprovecharse de ellos, en sentido estricto ya existía la industria, pero a finales del siglo XVIII, y durante el siglo XIX, el proceso de transformación de los recursos de la naturaleza sufre un cambio radical, que se conoce como revolución industrial.
Gracias a la revolución industrial las regiones se pueden especializar, sobre todo debido a la creación de medios de transporte eficaces, en un mercado nacional y otro mercado internacional, lo más libre posible de trabas arancelarias y burocráticas.
En los países del Tercer Mundo, y en algunos países de industrialización tardía, el capital lo proporciona la inversión extranjera, que monta las infraestructuras necesarias para extraer la riqueza y las plusvalías que genera la fuerza de trabajo; sin liberar de las tareas agrícolas a la mano de obra necesaria, sino solo a la imprescindible. En un principio hubo de recurrirse a la esclavitud para garantizar la mano de obra.
Pero el cambio de la estructura económica, y la destrucción de la sociedad tradicional, garantizó la disponibilidad de suficientes capitales. La industria fue el sector motor de la economía desde el XIX y, hasta la Segunda Guerra Mundial, la industria era el sector económico que más aportaba al producto interior bruto, y el que más mano de obra ocupaba.
Desde entonces, y con el aumento de la productividad por la mejora de las máquinas y el desarrollo de los servicios, ha pasado a un segundo término. Aun así, continúa siendo esencial, puesto que no puede haber servicios sin desarrollo industrial.