La Pluma Escarlata
Guillermo Monsanto
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Desde hace 14 años, el Colectivo Cinceles le ha proporcionado oxígeno al campo de la escultura. A partir del 2009, este grupo de artistas ha propuesto imaginarios en torno a la talla directa de diferentes tipos de rocas, alcanzando resultados apreciables para la cultura artística contemporánea. Los continuos talleres en los que han participado desde los albores de la agrupación han redundado en el efectivo diálogo de los mármoles con elementos varios como bronce, hierro, resina o madera.
La exposición del Centro de Formación Española trata, entonces, de la conexión existente entre los escultores y la materia. La manera como cada uno resuelve el problema que le plantea el bulto en bruto y el modo en que abstraen sus ideas para darles la forma materializada en un objeto tridimensional. Hay en muchas de las composiciones una sublimada sensualidad. Inclusive, la mayoría de las piezas parecieran ser el alter ego de cada escultor.
Para el visitante hay otra realidad; sus curvas provocan al tacto, a la caricia, a la contemplación por medio de distintas experiencias. El catálogo y su respectivo guion museográfico hacen patentes una curación sólida.
El catálogo y su respectivo guion museográfico hacen patentes una curación sólida.
Encabeza la lista de expositores Beverley Rowley con La Siguanaba, en la cual se aprecian valores técnicos bien matizados. El contraste de texturas y las acertadas intervenciones sugieren de por sí, pero dejan abiertas las posibilidades para una lectura acorde a la pericia del observador. Rowley goza de una presencia constante en el campo de la estatuaria aportando una huella positiva para la disciplina. Entre las rocas talladas destaca la piedra de jabón o esteatita. Esta es un tipo de mármol muy popular porque es suave al cincel y generoso por sus vistosas vetas. Es pesada y de disposición muy brillante.
Quienes se expresaron labrando en este material son un buen ejemplo de la diversidad característica de la organización. Tanto las abstracciones como lo más concreto posee características que identifican con claridad el progreso por el que ha transitado cada uno de los artistas.
El alabastro es muy atractivo debido a las posibilidades estéticas que ofrece. Sus trasparencias y la conexión permanente con la luz solar y artificial es un complemento que siempre le suma valores adicionales. Aunadas a las figuras luminiscentes y caprichosas, las formuladas en mármol, piedra inspiradora, ha dado pábulo a escultores de todas las épocas. La serpentina, de David Ordóñez, artista con trascendencia, puede considerarse una materia semipreciosa.
Este colectivo sobresale por su continua labor y perseverancia. Algunos de sus componentes más antiguos han conseguido ya espacios alternativos de relevancia y con ello han ampliado el campo de acción de la agrupación. La formación individual, sumada a la experiencia crítica de los compañeros, contribuye para percibir la pertenencia de un cuerpo de especialistas. Además, redunda en
iconografías singulares.