De acuerdo con el estudio de Central American Business Intelligence (CABI), solo en 2020 el contrabando significó pérdidas fiscales por 1 mil 750 millones de quetzales, principalmente del impuesto al valor agregado (IVA) y el impuesto sobre la renta (ISR).
La Cámara de Industria de Guatemala señaló que este es un problema grave en el país. Según la Organización Mundial de Aduanas, en Latinoamérica se mueve el 80 por ciento del contrabando mundial. En 2019 se estimó que el comercio ilegal significó 210 mil millones de dólares, el dos por ciento del producto interno bruto de la región.
“La falta de una adecuada cadena de valor, manipulación, transporte y almacenamiento de alimentos que requieren cuidado o refrigeración compromete la calidad de estos bienes. Además, en la mayoría de ocasiones se venden vencidos o prontos a caducar”, dijo Muriel Ramírez, coordinadora técnica de la comisión de Defensa del Comercio Formal.
Además del daño económico en la producción nacional y en el fisco, el ingreso ilícito de mercancías es una actividad del crimen organizado que también acompaña delitos como tráfico de drogas y de personas.
Las estructuras ilegales debilitan a las instituciones y ponen en riesgo la salud de los consumidores, explicaron los participantes durante el Encuentro Latinoamericano Anticontrabando, organizado en Bolivia.