A pesar de las limitantes, los guatemaltecos honraron la vida a través de los difuntos, durante las celebraciones del Día de Todos los Santos, aunque con la mayoría de los cementerios cerrados; por ello, las actividades al aire libre, como el vuelo de los Barriletes Gigantes, fueron las que dieron realce al 1 de noviembre de este año.
Las principales necrópolis del territorio nacional permanecieron cerradas el 31 de octubre y el 1 de noviembre. Sin embargo, algunas familias aprovecharon el viernes y sábado últimos para visitar a sus difuntos. En el Cementerio General, en la zona 3 capitalina, resaltó gran afluencia de personas durante los días anteriores, pues llegaron a limpiar y a adornar los mausoleos.
Otros casos, como el Cementerio General de Quetzaltenango, que ha permanecido cerrado desde octubre de 2020 por disposiciones municipales, recibió a algunas personas que se acercaron a poner flores en la puerta, acompañados de los sonidos de la marimba.
Fiambre y más…
Aunque las visitas a los cementerios no se realizaron, los chapines no dejaron atrás otras tradiciones de la época, como la elaboración del tradicional fiambre y las torrejas que adornaron las mesas familiares.
Además, en Santiago Sacatepéquez se llevó a cabo el Festival del Barrilete, el cual representa un lazo de comunicación entre vivos y muertos; así como las celebraciones en honor a Santo Tomás Apóstol, patrono de Chichicastenango, con el baile del colorido Torito. Mientras que en Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, se realizó el juego de gallos que tiene más de 200 años de tradición.