Cortesía de su página oficial
Rubén González Carrillo, conocido como Ben Carrillo, es un cantante guatemalteco radicado en Estados Unidos. Recientemente, escribió Carta de un inmigrante que se publicó en la Revista Billboard, en la que relata su historia de superación.
Cruzó la frontera solo a los 15 años. Hoy, a sus 28, es productor y cantautor manejado por Fabio Acosta y Vibras Lab. Ha trabajado con Sky Rompiendo y Mosty, grabado con Thalía y Bruses. También abrió los conciertos de Bad Bunny y este mes lanzó su EP Broken Hearts Anthem.
Grabó con Thalía y se presentó ante 40 mil personas en un concierto de Bad Bunny.
El cantante desea que su historia sirva de inspiración para otros inmigrantes que llegan a cualquier lugar del mundo con solo sus sueños como equipaje.
Narró que con sus hermanos vivió una niñez difícil y con carencias económicas. Su padre fue músico y coreógrafo, a quien asesinaron, y su mamá soltera, que como indica hizo lo que pudo con la crianza de ellos. Así que al enfrentarse a las dificultades dijo basta, porque ya no podía seguir en un entorno dañino; por ello, en 2010 buscó el sueño americano.
Comenzó lavando platos en un restaurante, ahorró y a los 18 años rentó su primer apartamento en donde creó su estudio de música. “Como no tenía dinero para estudiar, buscaba tutoriales de YouTube, de esa forma aprendí a grabarme, componer y hacer mi propio mixing”, citó.
Con el tiempo y gracias a una oportunidad logró su residencia, regresó a Guatemala y apoyó a su familia, ahora se encarga de sus hermanos.
Pero cuando volvió a EE. UU. no sabía cómo iba a empezar su carrera musical. Y un día, como si se tratara de una película, así lo considera Carrillo, al entrar a su trabajo de mesero en Los Ángeles se topó con Acosta a quien le pidió una oportunidad para enseñarle su música y “como un milagro, me dejó su correo electrónico”.
Después de enviarle canciones por dos años, a finales de 2021 “firmé mi primer contrato de management con él y Vibras Lab”, reconoció.