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El pasado viernes 26 de julio, Francia dio por inaugurados los Juegos Olímpicos de Verano con un espectáculo bien articulado y lleno de sorpresas.
Y es que es la primera vez en la historia de estas justas que se enlazan una red de presentaciones en las que no hubo ningún fallo visible. A lo apuntado se suma la innovación de sacar del estadio dicho evento y realizarlos a la orilla del Sena, en su cauce, graderíos, puentes, muelles, museos y edificios emblemáticos.
Thomas Jolly dirigió el ensamble de presentaciones consiguiendo, al menos para los telespectadores, un show lleno de sutilezas. Y es que la inclusiva presentación parece no haber olvidado nada, ya que tomó en cuenta la historia francesa, sus hombres y mujeres ilustres, los científicos, literatos, el arte virtual y simbólico. Un planteamiento lleno de sorpresas cuyo pensamiento era conducir a un pensamiento
revolucionario.
Cosmopolitismo evidente.
En este sentido, el ceremonial de este tipo de convocatorias se conforma por su conjunto de acciones, protocolos y eventos simbólicos que por tradición envuelven el desarrollo de este tipo de actividades deportivas. De allí que Francia se brincó las trancas dándose incluso el lujo de la irreverencia. El gran aliado de la apertura fue la inteligencia artificial y la coordinación de drones y otra infinidad de recursos que les otorgó vida.
Como parte de las actividades destacan los 85 barcos que transportaron las delegaciones de atletas hacia la Torre Eiffel. Mientras tanto, 400 bailarines profesionales entre baletistas y de danza contemporánea bailaban en los techos de diferentes edificios consiguiendo entre sus bailes y las vistas un ejercicio creativo al que se irían sumando más actos en otras locaciones. Todos, ataviados con telas sostenibles diseñados por Daphne Burki.
La apertura musical a cargo de Lady Gaga fue más que afortunada. Esta artista es disciplinada, creativa y desbordada. Su presentación fue limpia, llena de fuerza y vital energía. Y si se ha de pensar en cantantes, el cierre por Céline Dion también estuvo a la altura y más allá de las expectativas por la enfermedad por la que ha estado atravesando.
En realidad, cantó como una diosa demostrando que la voluntad lo puede todo. En medio de ellas hubo otros cantantes igualmente reputados tanto del pop como del rap, reguetón y otras composiciones para pasarela.
El espacio otorgado a las personas que se autoperciben como no binarias y a las otras comunidades afines, también fue un acto de apertura mental. Una oportunidad para ser democráticos y recordarle al resto del mundo que todos los humanos somos iguales y para los que creen, hijos de Dios.
Quisiera entrar más en detalle y platicar de personajes y propuestas interesantes de mapping, otorgarle vida a esculturas, pinturas y personajes históricos, pero me llevaría mucho más que una columna.
Francia demostró ser un país con grandes pilares en todos los órdenes. Su cosmopolitismo es evidente y sus recursos también.