Frank Gálvez
Locutor y Periodista
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Aprovechando eventos de suma categoría que se inician esta semana como Filgua 2023 y la Feria del Libro de Antigua Guatemala, deseo recordar (con una recomendación categórica) a dos destacados diplomáticos y poetas franceses, que han sido objeto de múltiples homenajes perpetuando su labor literaria; me refiero a Paul Claudel y Saint-John Perse.
Paul Claudel mantiene viva la actualidad de sus obras, pues se le lee y reedita asiduamente. Nacido en 1868 fue autor de varios poemas en los que, a veces, la forma poética es sustituida por una prolijidad cadenciosa. De la misma forma produjo varias piezas teatrales, escritas en esa misma prosa ligeramente rítmica, como La Anunciación a María de 1912, que fue exhibida recientemente en Paris con gran éxito, al mismo tiempo que se presentaba El Zapato de Raso, otra de sus más célebres producciones teatrales.
El periodista Siegfried Melchinger diría de esta última “(Es) la más poderosa teatralización de lo espiritual que conoce el teatro contemporáneo”. Ubicada en el Siglo de Oro español, Claudel ejemplifica el tenue hilo que confiere unidad a una historia llena de aventuras entre tierra y mar: el apego de los personajes a un destino amoroso al que se prometen sin ataduras.
”Habla de Cristo solo cuando te lo pidan. ¡Pero vive para que la gente te pregunte por Cristo!“ Paul Claudel.
Católico ferviente, fallecería finalmente en 1955. Mientras tanto, Saint-John Perse nace en 1887 en la isla de Saint-Leger, cerca de la de Guadalupe, donde su familia tenía propiedades casi feudales; fue educado por una niñera hindú y a los once años llegó a Francia, en donde se hizo diplomático de carrera. Desde 1917 a 1921 prestó sus servicios en Pekín. Fue un poeta personal, vigoroso, un tanto oscuro con imágenes brillantes en estrofas majestuosas.
Su exotismo es una de sus facetas más brillantes, y de su pluma destaca Eloges, Anabase, Chronique, Exil y Oiseaux, entre muchísimas otras. En 1960 obtiene el Premio Nobel de Literatura, y su discurso para esa ocasión es un modelo de elocuencia: Atañe al verdadero poeta dar testimonio entre nosotros de la doble vocación del hombre. Eso significa acercar a su mente un espejo más sensible a sus posibilidades espirituales. Representa evocar en este siglo una condición humana más digna del hombre original.
Simboliza, finalmente, acercar el alma colectiva a la energía espiritual del mundo. De Francia para el cosmos, dos talentos universales que tocan las fibras íntimas del alma con sus trabajos. Cuando visite los recintos literarios, procure darles una oportunidad: le aseguro que lo disfrutará.