Patricia Orantes Alarcón
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La comunicación está relacionada con la organización social en tres formas. En primer lugar, los sistemas sociales se producen a través de la comunicación. El desarrollo de un sistema de roles supone una comunicación previa entre los miembros y es a través de la asunción de un rol y de la interacción que un grupo se vuelve interdependiente.
Las uniformidades de conducta, la interdependencia de los objetivos, las costumbres que forman parte de un sistema, las presiones ejercidas para conformarse a las normas, todo se produce a través de la comunicación de los miembros de un grupo (Berlo, 1988).
La comunicación aumenta las probabilidades de semejanza entre las personas y aumenta las posibilidades que las personas pueda trabajar junta para lograr un objetivo. La asignación de una posición, la especificación de las conductas del rol, la enseñanza de modos normativos de conducta, la que se lleva a cabo por medio de la comunicación.
”Xifra (2003) argumenta que en las relaciones públicas la finalidad de los investigadores es elaborar teorías sólidas.“
La comunicación aumenta las posibilidades del desarrollo social y se puede predecir que la organización social será más extensa y compleja entre las personas que tengan oportunidades para comunicarse.
Una vez que se ha desarrollado un sistema social, este determina la comunicación de sus miembros. Los sistemas sociales afectan el cómo, el por qué, para quién y de quién y con qué efectos se produce la comunicación.
La organización social limita el campo de receptores para un individuo, es decir, limita el número de personas con las cuales este transmite y recibe mensajes. El sistema establece qué tipo de contenido tendrán los mensajes transmitidos a un grupo objetivo según Berlo.
Las relaciones públicas son una ciencia inmadura, pero una ciencia, es decir, son suposiciones generales las que determinan si algunos elementos de experiencias han de considerarse como parte integrante del dominio.
Cuando el dominio madure, los científicos elaborarán teorías sólidas, profundas para conectar y explicar las relaciones entre los elementos del dominio. Por esta razón, si fueran una disciplina científica más avanzada, se podría discrepar sobre qué teoría resuelve mejor los problemas conceptuales y empíricos anómalos.
No existen grandes desacuerdos porque no hay teorías para enfocar este asunto (Xifra, 2003).
Los científicos reconocen que el propósito de la ciencia es solucionar problemas, más que explicar fenómenos, también han empezado a darse cuenta de que los resultados de la investigación no han de coincidir siempre con las hipótesis teóricas.
En un campo primitivo como el de las relaciones públicas se tiene muy en cuenta la precisión empírica de la investigación y no se cuestiona si esta investigación está relacionada con problemas esenciales o contribuye a la construcción de teorías profundas.