Ninguna hectárea de bosque se ha perdido desde 2020, refieren los resultados del monitoreo satelital que verifican el cumplimiento del compromiso voluntario de Cero deforestación, asumido por la Gremial de Palmicultores de Guatemala (Grepalma) para el cuidado y preservación del ambiente.
En tal sentido, la directora ejecutiva de Grepalma, Karen Rosales, destacó que de la mano con la empresa holandesa Satelligence se supervisa, en tiempo real, un área que ocupa el 33 por ciento del territorio boscoso nacional, en donde puede haber incidencia de deforestación o incendios.
“A pesar de que la palma representa solo el 2.46 por ciento del entorno cultivable del país, se monitorea mucho más para identificar cómo se dan los cambios y efectos suscitados por las condiciones anteriores”, explicó la directiva, quien agregó que reciben alertas que abordan con la mesa interinstitucional creada para el efecto.
De acuerdo con Rosales, la delegación de la Unión Europea acreditada en el país realizó un estudio en donde indica que el aceite de palma nacional es la cadena productiva que evidencia una óptima preparación para diversas regulaciones, como la propuesta de no importar productos con traza de destrucción forestal.
Datos de la citada gremial señalan que de 180 614 hectáreas que abarca el cultivo en la nación, el 48.39 por ciento se encuentra en Petén, 17.33 en Izabal, 10.94 en Alta Verapaz, 6.38 en Escuintla y 5.55 en Quetzaltenango.