Foto: PGN
Antonio N (nombre ficticio) es un abuelito, originario de Villa Canales, Guatemala, quien sufría maltrato por parte de sus familiares, a tal extremo que lo hacían dormir en un gallinero porque no había lugar para él en la casa.
El anciano, de 80 años, se mantenía en un ambiente insalubre e inadecuado para sus condiciones físicas y psicológicas, en el que sufría abuso y marginación, como es el caso que padecen muchos adultos mayores en el país.
“Las personas adultas mayores deben ser incluidas”.
Teresa Maldonado Mérida Defensora de la PDH
La situación fue denunciada a la Procuraduría General de la Nación (PGN), y de inmediato se inició un proceso de apoyo y búsqueda de un pariente responsable que pudiera cuidarlo y suplir sus necesidades, de acuerdo con la ley.
Jasmine Villagrán, portavoz de la citada institución, informó que se logró llegar a un acuerdo con uno de sus hijos para que proporcionara la protección necesaria. Además, se seguirá de cerca el proceso ante el Ministerio Público (MP).
Agregó que la entidad comprobó que se vulneraban sus derechos y que, incluso, podrían haberse aprovechado de él, dado que recibía una pensión mensual debido a su estado de salud.
Asistencia
De enero a abril de 2024, la PGN apoyó a 100 adultos mayores, quienes recibieron asistencia humanitaria, con el objetivo de garantizar su calidad y sustento de vida.
Teresa Maldonado Mérida, defensora de las personas mayores, de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), señaló que la situación de este grupo poblacional es de marginación, invisibilización y discriminación, derivado de que no hay políticas públicas al respecto.
La funcionaria puntualizó que “se debe cimentar una nueva mirada en la sociedad guatemalteca hacia esta etapa y verlos con sus aportes al desarrollo de la nación desde cualquier perspectiva”.