Juan Maurilio Mendoza Canajay plasma en su exposición Agua amarga una reflexión sobre el papel de los seres humanos en la naturaleza. Usa “agua dulce” para representar el abuso del consumismo desmedido, que la vuelve amarga e indeseable, que también lo compara con los sentimientos dañinos e ideas perniciosas. El año pasado, el artista ganó el primer lugar del festival Arte en Mayo, con su pieza Congelación, laberintos.
“Su diestro uso del dibujo y la pintura crea una cautivadora narrativa multidimensional. Sus obras, que parecen abstractas al principio, contienen verdades ocultas que nos atraen para explorar los mensajes y códigos visuales incrustados en ellas”, expresó Waseem Syed, curador de la muestra.
Gillian Duce, experta en arte y escritora, opinó: “Una gota de una contaminación dañina en una cucharadita de agua hace que la misma se vuelva mala; así como una gota de un sentimiento perjudicial en una pequeña cantidad de creencia puede destruir la misma”.
Mendoza estudió arte etnológico y antropológico de los mayas, con el investigador y crítico de arte Roberto Cabrera. Actualmente, trabaja e investiga el tema Un mundo desechable, para dar a conocer la problemática de la contaminación visual y ambiental.