Mañana, 13 de abril, se celebrará el Día Internacional del Beso, conmemoración que surgió gracias a un récord que quedó registrado en 2013, cuando la pareja conformada por Ekkachai y Laksana Tiranarat, de Bangkok, ganó el concurso del beso más largo de la historia.
El encuentro tuvo una duración de 58 horas, 35 minutos y 58 segundos.
Existen esculturas dedicadas a esta acción, algunas más icónicas que otras, en Guatemala y en el exterior. Les mostramos un recuento de cuatro de estas.
Monumento al beso
Autor: Efraín Recinos
Dentro del Parque de la Industria, zona 9 de la ciudad, se encuentra esta obra. Realizada en alto relieve de concreto martelinado, dos figuras acuáticas bautizadas por el autor como náyades. Está datada en 1961 y su estilo es expresionismo abstracto.
El beso
Autor: Ge Pellini
Esta obra fue entregada en el Primer Festival Internacional de Escultura Guatemala Inmortal 2007. El escultor es de origen francés y en su página web gepellini.com destaca que “El artista prefiere el mármol y el bronce y concede gran importancia al trabajo de las superficies, en particular al pulido y a su característico uso del martillado”. Se ubica cerca del Aeropuerto Internacional La Aurora.
Rendición incondicional
Autor: Seward Johnson
El fotógrafo Alfred Eisenstadedt captó la imagen que fue publicada en la revista Life, y se convirtió en un referente que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial. Mide aproximadamente ocho metros de alto. La estatua fue instalada incialmente en el Times Square, Manhattan, New York City, el 13 de agosto de 2010 y actualmente se ubica en San Diego, California.
El beso
Autor: Auguste Rodin
Surge por la obra La Divina Comedia de Dante Alighieri, en la que representa a los amantes
Paolo y Francesca, asesinados por el marido de ella cuando los sorprendió besándose. El Ministerio de Bellas Artes de Francia encargó al escultor una versión ampliada de la original, que esculpió en 1898. Esta se mostró al público en la exposición Universal de París, en 1900.