El sometimiento del Ejército al poder civil, representado por el presidente Bernardo Arévalo, reafirmó el ministro de la Defensa, Henry Sáenz, durante la ceremonia de ascensos realizada por el día de la institución castrense.
“Es importante remarcar que cualquier escenario mundial o regional que pueda existir en los momentos actuales no cambia el espíritu y la esencia democrática del Ejército, cuya subordinación se debe al poder civil del Estado”, aseguró el jefe militar, en su alocución en la actividad en la que se ascendió a cuatro oficiales al grado de General de Bridada y a 19 coroneles, siete de estos últimos fueron mujeres.
El ministro manifestó que el actuar de las fuerzas armadas y de cada uno de sus integrantes siempre estará apegado a los principios democráticos de Estado, al tiempo de subrayar que Arévalo fue electo, popularmente, en un ejercicio de participación libre y soberana del pueblo.
“Única y exclusivamente recibo y cumplo órdenes del señor Presidente Constitucional de la República, únicamente a él debo mi subordinación, respecto y trabajo”, destacó Sáenz.
Mario Mérida, analista de temas militares, señaló que lo dicho por el encargado de la cartera “es un reconocimiento a la legitimidad y legalidad de la designación del mandatario como Comandante General del Ejército”.
El experto consideró que se trata de un mensaje que va a la comunidad internacional en cuanto a que la institución “siempre estará subordinada al poder civil; es decir, en Guatemala no se pueden esperar situaciones como la sucedida hace unos días en Bolivia”.
El compromiso
El jefe de Estado comentó que durante su administración “los ascensos a generales y puestos de importancia dentro del mando, brigadas, comandos y servicios militares ha respondido a criterios de fortalecimiento institucional, profesional y ético que le han negado el aprovechamiento de los recursos del Ejército a civiles y militares para beneficio personal”.
Según el dignatario, no se permitirá que manos inescrupulosas vulneren el carácter profesional de las fuerzas castrenses y que estas no son botín de nadie, porque le pertenecen al pueblo y están a su servicio.