A sus 27 años, ya ha alcanzado triunfos que muchos se niegan a lograr.
La mayoría de niños sueña con ser un héroe real como bombero, policía, médico o periodista, profesiones que surgieron para servir a la comunidad y al país. Sin embargo, debido a diferentes circunstancias, no todos logran alcanzar ese propósito.
Pero hay historias inspiradoras que nos hacen reflexionar y preguntarnos ¿por qué él o ella sí pudo, a pesar de los problemas socioeconómicos o físicos que ha enfrentado?
Uno de esos ejemplos es Mario Beltrán, de 27 años, el colaborador más activo del Departamento de Recursos Humanos de la Secretaría de Coordinación Ejecutiva de la Presidencia (SCEP). Su limitación física no ha sido impedimento para superarse de manera constante.
“Sin Dios nada podemos hacer. Si no está en nuestra vida nada surge, y si está con nosotros todo lo podemos lograr”, asegura sonriente en una pequeña sala que utiliza en la institución para hacer entrevistas y pruebas técnicas y psicométricas a las personas que buscan una oportunidad laboral en la SCEP.
Además de él, hay nueve personas más con algún grado de discapacidad que trabajan en la entidad, así como tres más que hacen una pasantilla en la Secretaría.
A sus 9 años, Mario perdió parte de su brazo derecho y le reconstruyeron el izquierdo, tras una descarga de 114 mil voltios de electricidad a la que milagrosamente sobrevivió. Sin embargo, ello no ha sido obstáculo para que escale dentro de la SCEP y que se supere de manera continua.
En constante evolución
“Llevo siete años en la institución. Ingresé a servicios generales y era el encargado de la limpieza. Luego pasé a gestor (mensajero), posteriormente a archivo, donde aprendí cómo elaborar un expediente y ver las altas y bajas del personal de la entidad. Luego pasé al actual puesto, como técnico en reclutamiento”, expresa orgulloso.
Cuando ingresó a la Secretaría, había estudiado tercero básico, y actualmente está por empezar el segundo trimestre de la Licenciatura en Administración Pública, en la Universidad Galileo.
“Para lograr el éxito se debe ser una persona positiva, que se impone retos y los cumple”, afirma nuestro entrevistado con una mirada optimista.
Antes de laborar en la SCEP, fue instructor de natación de niños y ayudó a su madre, Blanca Bran, en una cafetería en el Instituto de Fomento Municipal.
“Uno no debe verse como una persona de diferentes capacidades ni hacerse de menos. Debemos tener la mirada en Dios, tomar fuerza, ser optimista y luchar por lo que se quiere”, asegura, con lo cual indica que envía un mensaje a todas las personas con
discapacidad.