A finales de los años ochenta del siglo pasado encontré en mi casa un casete azul, con un “New York” escrito a mano en la etiqueta. A esa cinta la acompañaba un cuaderno de taquigrafía con algunos poemas y pensamientos, la mayoría en idioma inglés.
Por la letra, deduje que ambos objetos eran propiedad de mi madre. Ella vivió algunos meses con mi abuela en Nueva York, a principios de los años setenta. Eso sucedió un par de años antes de casarse con mi papá, ya de regreso en Guatemala, y de estrenarse conmigo como mamá. Dos vidas cercanas en un calendario, pero distantes en todo lo demás.
De los textos del cuaderno recuerdo poco, casi solo que mostraban un tono melancólico. Pero el casete era un misterio diferente. Su contenido se trataba de una selección de canciones de los artistas más escuchados en Nueva York durante esa época, pero resaltaba una: Don’t let me down del grupo The Beatles.
No solo estaba grabada dos veces en el casete (una en cada lado), sino que con los años noté que cada vez que ella escuchaba esa canción, su mente viajaba. ¿A dónde? Nunca estaré seguro, pero pienso que se iba a esos días que vivió en la ciudad de la Gran Manzana.
“Mi madre fue una excelente beatle-fan”.
El lugar o espacio a donde sus pensamientos navegaban no es la única interrogación del caso. ¿Cómo grabó ella ese casete? ¿Alguien más creó el playlist y se lo regaló? ¿Por qué nunca me habló de esa canción?
Mi madre fue una excelente beatle-fan. La acreditaron como tal su colección de discos de acetato (incluidos EPs) y desprecio a Yoko Ono. Pero Don’t let me down, junto con varias canciones de los últimos discos de The Beatles, eran especiales para ella, aunque sigan resultando un acertijo para mí.
Así que, después de esta introducción, puedo decir que estoy de lo más entusiasmado por ver el documental The Beatles: Get Back, acerca de las últimas sesiones de grabación del cuarteto británico, junto con su última presentación en vivo, el legendario concierto en la azotea, en la calle Savile Row de Londres.
No sé si mi madre hubiera tenido la paciencia para ver un documental de ensayos de The Beatles en tres partes, y con la Yoko pegada a Lennon en la mayoría de escenas. En mi caso, estoy ansioso por revisarlo y recordar varios momentos que vivimos juntos con ella. Mientras tanto, le doy play a Don’t let me down, este insuperable himno a la vulnerabilidad que el amor puede generar.