No soy un buen amigo de las comedias románticas, y menos de este tipo de filmes ambientados en Navidad. Es como la unión perfecta hecha en el infierno.
La comedia romántica navideña es un género que ha proliferado en los últimos años, sobre todo en este 2020. Ya no podemos culpar exclusivamente a Lifetime y Hallmark. Casi todas las productoras y los servicios de streaming ofrecen sus ejércitos de comedias románticas navideñas, en las que intentan hacer lucir a los colores rojo y verde, el frío y la nieve e, inclusive, arbolitos con estrellas y luces, pero se olvidan de presentar historias diferentes e interesantes.
Pero este mes me topé con una grata sorpresa, una historia similar, pero con detalles únicos. Es una comedia romántica navideña que, en realidad, me entretuvo y gustó. El título es Happiest Season.
No comentaré directamente acerca de la historia, porque al ser una comedia romántica, sigue todas las reglas del género y se puede caer fácilmente en spoilers. Algo que se puede adelantar es que los personajes protagonistas son dos mujeres enamoradas. Así que, por primera vez en Hollywood, una comedia romántica navideña que fue producida por un gran estudio en EE. UU. (TriStar Pictures) y distribuida de manera global (Sony y Hulu), es protagonizada por una pareja gay.
Abby (Kristen Stewart) y Harper (Mackenzie Davis) tienen poco más de un año de ser pareja y al menos seis meses de vivir juntas. Harper invita a Abby a pasar la Navidad con su familia. Lo que Abby no sabe es que su enamorada aún no ha salido del closet con sus padres y hermanas, y es ahí cuando arranca la historia.
Uno de los grandes aciertos del filme es que aborda temas universales. ¿Quién no se ha sentido un poco intimidado al conocer a la familia de su pareja? Es interesante ver a la persona que uno quiere, cambiar sus reacciones frente a sus papás y hermanos; así como ser testigo de cómo caen los comportamientos en sus lugares comunes, como lo son padres autoritarios, competencias entre hermanos, integrantes olvidados, envidias, mentiras y apariencias.
Entre este mar de malas vibras destacan los secretos, algo común en todo seno familiar. Existen confesiones que, al decirlas en voz alta, no hay vuelta atrás. Tienen la capacidad de derretir apariencias y destruir reputaciones. ¿Qué tan valientes somos para ser nosotros mismos frente a nuestros papás y hermanos? Algunos tendrán más suerte que otros en este campo.
Lo cierto es que, en Happiest Season, por más pop que sea el filme, presenta lo inimaginablemente difícil que debe ser confesar a los papás que se es homosexual; sin importar que se arriesgan cosas grandes como el amor, la libertad y la felicidad.
Esta cinta es una apuesta interesante para este fin de año. Pudo haber sido algo más oscuro, pero se manejó de manera correcta para ser una estrella brillante del fin de año para el ojo cinéfilo. En mi caso, la disfruté e, incluso, me motivó a desearle a usted, querido lector, una feliz Navidad 2020. Abrazo virtual.