Los sectores de la construcción, transporte pesado, además de la carpintería y agroindustria, se mueven de un lado a otro en búsqueda de albañiles, maestros de obra y conductores de tráileres, sin encontrar a las personas con la experiencia requerida.
Del otro lado, el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad (Intecap) reconoce que en sus centros de enseñanza ya no llegan interesados en aprender estos oficios. De ahí las dificultades por las que pasan las empresas desarrolladoras de proyectos inmobiliarios o de transporte pesado para hallar mano de obra
profesional.
Oscar Chinchilla, gerente del Intecap, explica que la institución imparte más de 105 especialidades, incluidas la conducción de vehículos de carga, maestros de obra, carpintería y agrícola. Sin embargo, reconoce que las tendencias del mercado han cambiado, pues son actividades que han perdido interés. Dijo que egresan más de 500 mil graduandos al año, pero capacitados en otras áreas. Expuso que hay talleres disponibles para la enseñanza de la carpintería o en construcción, pero no se imparten porque no hay demanda.
Juan Pablo Estrada, presidente de la Asociación Nacional de Constructores de Vivienda, sostiene que la mano de obra para este sector es escasa y las desarrolladoras ahora tienen que invertir en capacitar, con el riesgo de que siempre migren a Estados Unidos. También, utilizan otros materiales , como prefabricados para suplir parcialmente algunas plazas.
En cambio, Glenys Alvarado, coordinadora de las Escuelas Taller del Ministerio de Trabajo, afirma que en esa cartera hay ocho espacios, donde se imparten talleres sobre carpintería, herrería, forja, electricidad, obra y construcción. Según ella, sí hay cierto interés por aprender estos oficios.
El fenómeno migratorio
Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación en Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar sostuvo que la falta de mano de obra en determinados sectores productivos es porque los guatemaltecos migran en busca de mejores oportunidades. Según ella, al año se van alrededor de 200 mil personas.
La académica consideró que para solucionar la problemática es necesario mejorar las condiciones de trabajo. “En Guatemala hay un 70 por ciento de actividades informales, un subempleo que no genera escenarios para un salario digno, prestaciones laborales ni permite el ahorro”.