La Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) reveló ayer otra no muy ingeniosa manera de ciertas empresas para evadir el pago de sus obligaciones fiscales. El truco descubierto por las autoridades consiste en declarar pérdidas consecutivas o recurrentes, con lo cual se evitan pagar el Impuesto Sobre
la Renta, entre otros.
El jefe de la entidad, Marco Livio Díaz, informó ayer que 8 mil 101 contribuyentes han consignado pérdidas recurrentes e intermedias en sus estados financieros. Entre todas, habrían cerrado años fiscales en números rojos, por 21 mil 553 millones de quetzales.
Reportaron desajustes durante dos, tres y hasta cuatro años. Según el funcionario, llama la atención que una compañía opere tanto tiempo sin obtener utilidades. Por consiguiente, anunció su fiscalización.
Más dudas
Otra de las averiguaciones parciales es el hallazgo de más de 60 mil afectos a la legislación tributaria que reportan un margen bruto menor al cuatro por ciento de los ingresos, que representa más de 12 mil 500 millones de quetzales no percibidos por el fisco. Por estas infracciones pueden ser multados con el 100 por ciento, más intereses a razón del 16 por ciento anual.
El intendente de fiscalización, Óscar Hernández, manifestó que serán casos complicados de auditar, pues llevan años con estas prácticas. Habló de “un trabajo arduo y tardado, ya que deben estudiar todos los reportes financieros, y compararlos con ejercicios fiscales de años previos.
En ese contexto, fue identificada la propietaria de un negocio, pero a la vez funge como contadora. También presta servicios a 148 firmas, con una renta bruta de hasta 607 millones de quetzales. Su hija ha emitido 51 dictámenes, a pesar de ser prohibido en la ética profesional; tampoco un hijo puede hacer la auditoría de un familiar cercano.
En este mismo núcleo, otra hija de la dueña ejerce el papel de abogada, lo que compromete la validez de la información por no ser una opinión calificada.