Hace 20 años (2004), Centroamérica y Estados Unidos celebraron la firma del histórico Tratado de Libre Comercio (TLC), que se ha traducido en un salto en las exportaciones de algunos países del
Istmo, pero también en mayor déficit en la balanza comercial de otros.
En este sentido, según Jacobo Pieters, jefe de la unidad de inteligencia de mercados de la Asociación Guatemalteca de exportadores (Agexport), las ventas guatemaltecas del tratado aumentaron en un 358 por ciento desde 2004 hasta 2023. Mientras en 2004 el valor de las exportaciones a Estados Unidos era de 2 mil 142 millones de dólares, en 2023 sumaron 9 mil 813 millones de dólares. Pero no todo ha sido a pedir de boca.
20 años después de firmado el tratado, Guatemala ha sacado provecho.
Enrique Lacs, exviceministro de Economía y Comercio Exterior, sostiene que un acuerdo como este ha tenido dos caras: se minimizaron los envíos de bienes con mayor valor agregado como textiles y confección que antes tenían más restricciones y otros que ya se vendían al mercado estadounidense, se han dinamizado.
En cambio, cree que en lo que corresponde al sector agrícola, por ejemplo, sucede que ahora Guatemala importa más granos básicos y produce menos. “Es parte de los ajustes cuando hay dos o tres naciones que compiten con los mismos bienes”, dijo.
Las diferencias
Con Estados Unidos, la brecha entre las ventas y compras a aquel país ha subido. En 2004, las exportaciones tuvieron un valor de 2 mil 142 millones y las importaciones, cuatro mil 124 millones de dólares. Implica una diferencia de 1 mil 982 millones. En cambio, en 2023, el desbalance fue de 3 mil 257 millones de dólares.