El 75 por ciento de la energía eléctrica de este país proviene de fuentes renovables. Sin embargo, en tiempos de escasas lluvias, es un reto afrontar la demanda. Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), dice que es una mezcla positiva de la matriz generadora, pero a la vez es un desafío.
“Este país tiene fuentes que no existen en otras subregiones como Sudamérica, que es la geotermia”.
¿Qué ventajas tiene un país como Guatemala, de depender más de energía renovable?
Guatemala depende cerca del 75 por ciento de energía limpia, mayormente proveniente de hidroeléctricas. El resto se produce a partir de otras fuentes. Esa mezcla es buena, pero también es un desafío muy grande por la sequía que vive la región.
Es necesaria una buena planificación de abastecimiento para no llegar a problemas de suministro. Sería oportuno diversificar más esa matriz, incorporando nuevas plantas que no dependan del agua, como la solar y eólica.
Este país está en una buena posición para lograr diversificar, con el reto del manejo hídrico como un punto central.
¿Quiere decir que la matriz de Guatemala tiene debilidades y fortalezas?
La principal fortaleza es la posibilidad de contar con fuentes energéticas a partir del recurso hídrico. Esta es una ventaja porque el país se hace más competitivo, pues su electricidad resulta menos costosa. Y respecto al resto, es necesario un manejo adecuado del recurso hidráulico y a partir de allí planificar bien los excedentes para exportar.
¿Considera que son aprovechados de buena manera esos recursos naturales?
América Latina, en general, es una región con muchos recursos energéticos naturales. Tenemos una posición privilegiada; somos la más verde. Los países aprovechan sus capacidades en función de sus propias regulaciones, respetando el medioambiente y, sobre todo, valorando el diálogo permanente con las comunidades.
“Es necesario un manejo adecuado del recurso hidráulico y a partir de allí planificar bien los excedentes para exportar”.
Andrés Rebolledo Secretario ejecutivo de la Olade
¿Cuál debería ser la manera de dialogar con las comunidades?
El diálogo debe girar sobre tres elementos centrales: el primero es informar de cada proyecto con total transparencia y su impacto, con el fin de que las decisiones se tomen sin ninguna duda. Por otro lado, hacer que las comunidades participen y, eventualmente, evaluar la posibilidad de darles un valor compartido.
Ya hay paradigmas con ciertos proyectos en América Latina porque además de ser empresas generadoras de energía, también agregan como socios a las comunidades.
¿Guatemala se puede comparar con otro país latinoamericano, en cuanto a generadores?
Esta región y el Caribe tienen, en promedio, un 65 por ciento de fuentes limpias y Guatemala, un porcentaje más alto. Por consiguiente, destaca en ese sentido. Además, tiene fuentes que no existen en otras subregiones como Sudamérica, que es la geotermia.
¿Las fuentes térmicas no tendrían que ser una opción?
Guatemala debe incorporar más energía renovable no convencional. En ese sentido, en América Latina y Guatemala hay potencial importante para las fuentes solares.
En otros casos, además, podría optarse por la eólica. También es necesario un buen esquema de transporte, particularmente de líneas de transmisión que puedan llevar el fluido a lugares apartados o muy remotos.
¿Hay algún planteamiento de Olade hacia Guatemala, en estos temas?
Abordamos la agenda del sector energético del actual gobierno, sus prioridades en materia de transformaciones, cómo sumar más suministro renovable. Se evaluó cómo llevar el servicio a buena parte de la población que aún no lo tiene.