La Chorrera es uno de los proyectos de incentivos forestales del programa Probosque, que impulsa el Instituto Nacional de Bosques (Inab).
La iniciativa se ubica en la finca San Isidro I y II e impulsa la protección de las fuentes de agua. El lugar cuenta con nacimientos del líquido vital, que abastecen a la población de San Andrés Itzapa, Chimaltenango.
Élmer Álvarez Castillo, director subregional del Inab Chimaltenango, refiere que en La Chorrera existen aproximadamente 48 nacimientos y detalla que uno de ellos abastece a casi al 60 por cierto del municipio (unos 32 mil habitantes).
“Cada proyecto genera empleo a una familia, pero indirectamente alcanza a más de cuatro.” Élmer Álvarez Castillo Director subregional del Inab
El lugar posee una gran riqueza natural, presencia de aves migratorias, flora, fauna y bosque. De acuerdo con José Gerardo Cuxil, técnico forestal de San Andrés Itzapa, este es un plan municipal de 312 hectáreas protegidas, que genera empleo y promueve el desarrollo.
El apoyo del Inab funciona así: por medio de los incentivos forestales se contrata a guardarrecursos, quienes aseguran el cuidado de los recursos naturales. Ellos se ocupan de prevenir hechos ilícitos, así como del control,
vigilancia, monitoreo y atención de visitantes.
“Estamos muy agradecidos por el apoyo del Inab. Los incentivos forestales que nos brindan son indispensables para el cuidado, restauración y conservación de nuestros bosques”, expresó.
De acuerdo con Álvarez Castillo, en Chimaltenango existen 140 proyectos Probosque. El aporte permite financiar las plantaciones, los sistemas agroforestales y el manejo del recurso natural.
Según lo informado, recién se comenzó el semillero de 45 mil plantas de distintas especies, las que en invierno serán trasladadas al bosque. Anualmente, los dueños de la finca reciben Q186 mil, dinero que es utilizado para los planes de mantenimiento, prevención y desarrollo de los árboles.
32 mil habitantes de la comunidad son beneficiados con los nacimientos.