Las tortugas marinas se enfrentan a grandes amenazas como la sobreexplotación humana, que abarca el consumo de huevos y la captura incidental en las diferentes artes de pesca, la destrucción de su hábitat y la contaminación.
Por ello, guardarrecursos del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) y comunitarios del Parque Nacional Sipacate-Naranjo, en Escuintla, se han unido en la lucha por la conservación de las citadas especies.
En dicho lugar, el Conap, con el apoyo de algunos “parlameros”, como se les denomina a los recolectores de huevos, han logrado salvar un número importante de estos, los cuales son depositados de julio a octubre por las tortugas hembras a orillas de la playa.
En el área cuentan con tres tortugarios: uno llamado El Naranjo, otro Sipacate y el tercero, El Paredón. En estas unidades de conservación se cuenta con más de 30 000 huevos sembrados, y 4000 tortugas ya fueron liberadas en la presente temporada.
Según Carlos Velásquez, encargado del Parque Nacional, las parlamas ponen entre 80 y 120 huevos. Luego de incubarlos en los tortugarios, se debe esperar un período de 45 días para el nacimiento de la cría. Cuando ello sucede, se realiza la liberación de los galápagos para que incursionen en su hábitat natural. Al ser adultos, regresan a la playa a poner sus huevos.
La mayoría de los huevos que eclosionan en el tortugario del parque es entregada por los recolectores. Ellos deben dar a la unidad de conservación un 20 por ciento de lo recolectado, mientras que el resto sirve para impulsar la economía de las comunidades, señaló Velásquez.
Añadió que algunos hoteles del área apoyan comprando dichos blanquillos a los comunitarios y los donan al Conap. Además, se tiene un acuerdo con la iniciativa privada: el canje de víveres por huevos, en apoyo a las comunidades y a la conservación de la
especie.
Poza del Nance
Otro de los lugares que los amantes de los avistamientos no dejan de visitar, en el Parque Nacional Sipacate-Naranjo, es la Poza del Nance, un santuario en el que se puede observar a las tortugas gigantes negras en su proceso de desove.
Los enormes galápagos hembra encontraron en dicho sitio su hogar, ya que cuenta con una profundidad adecuada para la preservación de sus huevos, así como una fuente de alimentación en las aguas del Canal de Chiquimulilla.
Según la Ley de Áreas Protegidas, Decreto No.4-89, en el país está prohibido el aprovechamiento de cualquier forma de las tortugas marinas. El comercio de la especie puede ser penado hasta con 10 años de cárcel y una multa de Q20 mil.
Los pobladores (parlameros) se han sumado a la recolección de huevos, los cuales trasladan a los totugarios, a cambio de alimentos para las familias. El Conap ha implementado campañas de sensibilización en la población local y turistas para promover la protección y conservación de la especie.
