El Instituto Nacional de Bosques (Inab) impulsa acciones de conservación de bosques de manglar y el resultado ha sido proteger 4,727.93 hectáreas mediante los programas de incentivos forestales, en los cuales se ha invertido Q8 millones 818 mil 109, lo cual es un aporte a la salud.
Este trabajo ha permitido mantener los servicios que el ecosistema brinda a la población en general y a quienes viven en los alrededores, indica la institución.
“El INAB reafirma su compromiso para continuar trabajando junto a la población por la conservación, recuperación, manejo y protección del ecosistema manglar, que alberga la biodiversidad del planeta y contribuyen a mejorar la calidad de vida de las personas”, dijo Bruno Arias Rivas, gerente en funciones del Inab.
Sí consideramos que una hectárea de bosque normal logra absorber 2.59 toneladas de dióxido de carbono por año, el mangle absorbe 3 veces más que un árbol normal, enfatiza el informe del Inab.
Explican que los bosques de mangle que se encuentran bajo manejo por parte del Inab, retienen 36 mil 728 toneladas de carbono por año, es decir el dióxido de carbono que expulsan 111,800 personas aproximadamente, en un año.
Los manglares son bosques costeros de suma importancia para los seres humanos y para el mantenimiento de la biodiversidad. Brindan un refugio a infinidad de organismos vivos, tanto terrestres como acuáticos, puntualizaron.
Estudios recientes destacan que en Guatemala se cuenta con 25,089 hectáreas de mangle, distribuidos en siete departamentos del litoral pacífico y atlántico siendo estos: San Marcos, Retalhuleu, Suchitepéquez, Escuintla, Santa Rosa, Jutiapa e Izabal.
Tala
Los manglares son seriamente afectados por la tala ilegal con fines comerciales o de construcción, porque la madera de mangle es muy utilizada para fabricar viviendas.
Para frenar esta situación, el INAB suma esfuerzos con otras entidades de gobierno y aliados estratégicos, incluidas las 10 Mesas Locales de Mangle, fomentando la gobernanza forestal, realizando actividades de control y monitoreo en bosques naturales, así como en carretera.
Estos operativos o monitoreos han significado una inversión aproximada de Q874 mil por año, donde en el último año se han realizado 87 patrullajes, el decomiso de 8 motosierras, 2 denuncias presentadas por cambio de uso de suelos y 2 personas sindicadas.
El INAB exhorta a todas las instituciones públicas y privadas para que junto a la sociedad guatemalteca se continúe trabajando por la conservación del ecosistema manglar en beneficio de las presentes y futuras generaciones.