Pese a que, en el quinquenio de 2015 a 2020, la producción de energía eléctrica con recursos renovables en el país pasó de 5 mil 967 megavatios hora (MWh) a 8 mil 373 MWh, lo cual equivale a un aumento porcentual del 40.3 por ciento, aún utiliza muy poco ese potecial y todavía podría atraer más inversión para motivar empleos formales.
“Aunque no es un emisor significativo de gases de efecto invernadero, Guatemala ha desarrollado un conjunto de políticas, leyes y regulaciones que contribuyen a la reducción progresiva de emisiones nocivas”, refirió Fredy Chiroy, consultor ambiental de la Asociación de Generadores con Energía Renovable (AGER).
De acuerdo con la entidad, la generación de energía con fuentes renovables “es muy positiva para el país, pues reduce las emisiones perjudiciales, hace más independiente al país y con ello se utilizan recursos con los que se puede contar en el futuro”.
Una ventaja de utilizar fuentes de cien por ciento ecológicas, indica la asociación, es que esos bienes no están sujetos a la variabilidad de los precios del mercado. Por consiguiente, las empresas pueden planificar a largo plazo con costos estables.
“El país está en condiciones de aumentar la generación energética a partir de recursos renovables como el agua, el viento, el sol y la geotermia”, indicó Lourdes Socarrás, directora del Instituto de Estudios Energéticos, de la Universidad Galileo.