Foto: José Molina Calderón
El 6 de junio de 1993, Ramiro de León Carpio, después de ejercer como Procurador de los Derechos Humanos, se convirtió en el cuadragésimo presidente constitucional de Guatemala, elegido por el Congreso de la República.
El acontecimiento puso término a un período de seis días, durante el cual la Presidencia de la República estuvo sin titular, a causa de la ausencia del presidente Jorge Serrano Elías, quien renunció y abandonó el país el 1 de junio del año citado.
José Molina Calderón, economista y miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala, refiere que la primera acción importante del presidente De León,después de nombrar a los ministros de Estado, fue presentar el Plan de los Ciento Ochenta Días, documento que destacaba el Fondo de Inversión Social, así como la propuesta para eliminar los gastos confidenciales, en especial los de la Presidencia.
Añade que en agosto de 1993 hizo el planteamiento del Referéndum económico y político, que el nuevo gobierno había decidido llevar adelante, con el fin de conseguir la voluntad popular en las urnas, para la realización de cambios políticos, judiciales y económicos en el Congreso de la República, la Corte de Constitucionalidad y la Corte Suprema de Justicia.
El 17 de noviembre de 1993, a instancias del presidente De León, el Congreso aprobó un conjunto de reformas a la Constitución de 1985, mediante el Acuerdo Legislativo 18-93. El 30 de enero de 1994, una consulta popular aprobó las reformas.
Las mismas redujeron el período presidencial de cinco a cuatro años. Las reformas también prohibieron al Banco de Guatemala otorgar financiamiento al gobierno central y a las demás dependencias estatales. Solamente quedó una excepción, para casos de catástrofes públicas. Esa excepción fue la que permitió otorgar financiamiento al Ministerio de Finanzas, para combatir la pandemia del coronavirus y otorgar las ayudas que fueron seleccionadas.
Molina añadió que el mandatario nombró al encargado respectivo, para continuar las negociaciones de paz con la guerrilla. Durante el gobierno de De León se aprobaron cuatro Acuerdos de Paz: Acuerdo sobre Derechos Humanos, Acuerdo para el Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento Armado, Acuerdo sobre el Establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico de las Violaciones a los Derechos Humanos y Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. El Acuerdo de Paz final lo firmó el gobierno siguiente, el encabezado por Álvaro Arzú.