En una fecha como hoy, 7 de agosto, pero de 1987, los entonces presidentes de los países centroamericanos se reunieron en la capital de la fe de Centroamérica: Esquipulas, Chiquimula, Guatemala, para sentar las bases que permitieran emprender el camino hacia la paz en la región, tras décadas de conflicto armado interno.
Como resultado del cónclave Esquipulas II, los gobernantes de la región firmaron el documento denominado Procedimiento para establecer la paz firme y duradera en Centroamérica.
Los mandatarios que suscribieron el documento fueron Daniel Ortega (Nicaragua), José Azcona Hoyo (Honduras), Vinicio Cerezo (Guatemala), Oscar Arias (Costa Rica) y Napoleón Duarte (El Salvador).
El preludio de los Acuerdos
En 1987, el conflicto armado interno se había prolongado ya 26 años en Guatemala y, ante la persistencia del enfrentamiento, grupos internos y del exterior emprendieron iniciativas para poner fin a la lucha entre la guerrilla y el Ejército.
El 9 de enero de 1983, representantes diplomáticos de Venezuela, Panamá y Colombia constituyeron el Grupo de Contadora, ya que para dicho fin se reunieron en la isla Contadora, Panamá.
Los esfuerzos del Grupo de Contadora condujeron a la realización de la iniciativa del presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo: realizar la reunión de Esquipulas, celebrada el 25 de mayo de 1986, para considerar vías posibles que permitieran alcanzar la paz.
Los resultados de la primera reunión de Esquipulas no fueron muy espectaculares, pero abrieron el camino para ulteriores cónclaves, con resultados más significativos.
La necesidad de la reconciliación nacional
La segunda reunión de presidentes centroamericanos, conocida como Esquipulas II, tuvo resultados de más trascendencia, pues en ella, los presidentes aprobaron el ya citado documento.
El texto del Acuerdo comienza refiriéndose a la conveniencia de “realizar urgentemente en aquellos casos donde se han producido profundas divisiones dentro de la sociedad, acciones de reconciliación nacional que permitan la participación popular, con garantía plena, en auténticos procesos políticos de carácter democrático, sobre bases de justicia, libertad y democracia y, para tal efecto, crear los mecanismos que permitan, de acuerdo con la ley, el diálogo con los grupos opositores”.
El 7 de septiembre de 1987, conforme a los términos convenidos en Esquipulas II, quedó instalada la Comisión de Reconciliación Nacional (CNR).
En octubre de 1987, la CNR llamó a los sectores sociales del país a congregarse para celebrar el “Diálogo Nacional”.
El 10 de octubre de 1987 se celebró en Madrid, España, la primera reunión entre el gobierno de Guatemala y representantes de la guerrilla, con lo que se inician las conversaciones de paz, con el objetivo de finalizar la confrontación.
En el curso de diez años que siguieron a Esquipulas II, se suscribió un conjunto de acuerdos, cuya culminación llegó el 29 de diciembre de 1996, bajo la presidencia de Álvaro Arzú.
Opiniones discrepantes
No es unánime la valoración de los acuerdos de paz.
El filósofo guatemalteco Luis Enrique Pérez dice que “Los acuerdos de paz celebrados por funcionarios gubernamentales y comandantes guerrilleros de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca fueron ilegales.”
El filósofo dice que los acuerdos tenían que haber sido “sometidas a procedimiento consultivo de todos los ciudadanos”, pero nunca lo fueron.
En 1998, las tres organizaciones guerrilleras agrupadas junto al Partido Guatemalteco del Trabajo en un partido político identificado como Unidad Revolucionaria nacional Guatemalteca 8URNG), se incorporaron legalmente a la vida nacional.