Difícilmente logran separarse de los espacios semánticos recién mencionados los lexemas relacionados con diversas prácticas deportivas: aerobismo, barranquismo, cicloturismo, kart, melé, nocaut, paradón, pichichi, pilates, puénting, rafting, marcha nórdica, mediofondista…
Constituyen un reflejo de tendencias hoy en boga incorporaciones léxicas recientes como amigovio, antitaurino, arboricidio, buenismo, edadismo, especismo, feminicidio, friki, grafitero, identitario, homoparental y monoparental, malditismo, mamitis, micromachismo, pasotismo, metrosexual, positividad, postureo, posverdad, resiliencia, sororidad; verbos como deconstruir y derivados, desestructurar y derivados, desregular y derivados; además de los derivados con prefijo eco-:
ecocidio, ecocida, ecorregión, ecoturismo…
También se han modificado, cancelado o tuneado los significados o algunas acepciones de palabras como género, matrimonio, adulterio, nacionalismo, gallego, sentido común, sexo débil y sexo fuerte, por citar solo algunas que han saltado a la opinión pública.
Constituyen un reflejo de tendencias hoy en boga incorporaciones léxicas recientes.
Aunque el DLE trata de reflejar la realidad de toda la lengua castellana, hablada en veintitrés Estados por cerca de 600 millones de personas, no hace oídos sordos a algunos particularismos léxicos propios de diferentes países o regiones. Entre los propios de España, de carácter coloquial en su mayoría, y no todos de acuñación reciente, registra el DLE españolismos como casoplón, famoseo, gusa (“hambre”), marcha, potar y pota (“vómito”), pinganillo, postureo, rular (“funcionar, marchar”), sesión golfa, yogurín o zasca.
Si el DLE, como cualquier otro diccionario, aspira a ser una obra útil para la consulta, no tiene más remedio que estar abierto a las novedades de la lengua de los hablantes.
Ahora bien, el carácter académico de la presente obra debe aspirar también a ofrecer a quienes la consultan una orientación acerca de lo que mejor responde al genio y a la unidad del idioma, entre las diversas opciones que a veces presenta el uso lingüístico. Este será el rasgo que diferencie al repertorio académico de otras obras anónimas o simplemente comerciales.