Gerardo Castillo Ceballos
Profesor de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra
El personaje de la red había anulado al real. Había perdido la capacidad de hablar con la gente. Mis familiares empezaron a ver el problema, cuando dejé de relacionarme con ellos”. ¿Por qué la ciberadicción es más común en la adolescencia? Porque es la etapa en la que internet está siendo uno de los principales medios de socialización.
Según un estudio realizado por la Fundación Pfizer, el 98 por ciento de los adolescentes y jóvenes de 11 a 20 años es usuario de internet. Y de este porcentaje, 7 de cada 10 afirman acceder a la red por un tiempo diario de 1.5 horas. Es por esto que los adolescentes, dado que suelen conectarse más a internet, constituyen el grupo de mayor riesgo. No obstante, también puede afectar a los adultos.
¿Por qué la ciberadicción es más común en la adolescencia?
En una viñeta cómica de Forges se ve un diálogo entre dos náufragos en una pequeña isla desierta: “P- Pena de habernos comido el rúter: dentro de poco podríamos papearnos seis megas suculentos. R- Me lo temía, y además en el día de internet”. El síntoma más significativo de la ciberadicción es la “conexión compulsiva” que se concreta en la necesidad de conectarse con frecuencia muchas veces al día.
Conlleva la pérdida del uso racional y del control de internet. El origen de ese problema puede ser externo, como por ejemplo estar de moda y querer conectase con los amigos que usan ese medio y presionan a los no iniciados. Pero en algunos casos la causa es interna: una tendencia a buscar en internet una solución a malestares psicológicos. El mundo virtual suele ser una vía de escape del mundo real para los adolescentes con baja autoestima y sin habilidades sociales.
Los padres de familia pueden prevenir la ciberadicción, siguiendo algunas normas. Estar al día de los avances que ofrecen las tecnologías, para así poder saber en qué mundo se están moviendo los hijos y poder acompañarles y ayudarles a utilizarlas con sentido. Promover actividades culturales, lúdicas y recreativas como alternativa a internet. Establecer reglas de uso de los dispositivos digitales tales como el tiempo máximo de conexión y la ubicación de los mismos. Determinar los sitios web a los que se puede y no se puede tener acceso. Fomentar en los hijos desde pequeños una autoestima saludable; así no buscarán “refugiarse” detrás de una imagen ficticia que inventarán en las redes sociales.