La sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de un cambio en todos los sectores de la economía, para reducir el impacto ambiental que genera la actividad humana. En el caso de la edificación, se considera que la construcción y el uso de los edificios representa el 40% de la energía que consumimos y generan el 36% de las emisiones de CO2 en Europa, según fuentes oficiales de la UE. Cifras que, a la luz de la reciente celebración del Día Mundial de la Madera y del Día Internacional de los Bosques, sitúan al sector de la edificación en el escenario principal de las políticas de reconstrucción actuales y futuras.
En este panorama se hace imprescindible avanzar en una mayor eficiencia energética en los edificios. Esto pasa por la reducción de la demanda energética y de consumo en su etapa de uso, hasta llegar a los denominados edificios nZEB o de consumo casi nulo.
Considerando el camino recorrido hasta el momento, la nueva Directiva de Eficiencia Energética crea una senda clara hacia un parque inmobiliario descarbonizado en la UE, en 2050. Este objetivo se sustenta en estrategias nacionales de renovación a largo plazo. En ese contexto, los nuevos edificios también merecen la máxima atención, ya que se considera que el 20%-25% del parque de edificios con el que se contará en 2050 aún está por construirse en Europa.
Los nuevos edificios también merecen la máxima atención.
Para lograr el objetivo que se marca tanto esta directiva europea como el propio Pacto Verde Europeo/European Green Deal, resulta fundamental reducir los impactos ambientales asociados a los materiales de construcción. Tradicionalmente los edificios en altura se han construido en hormigón armado o en acero.
No obstante, el proceso para producir ambos materiales requiere de grandes cantidades de energía y de un uso mayoritario de combustibles fósiles, lo que trae consigo impactos ambientales negativos. La madera y sus productos derivados, en cambio, se están alzando en las últimas décadas como una alternativa óptima en la construcción de edificios.
No obstante, el recurso a la madera como elemento estructural se ha dado en prácticamente todo el mundo y a lo largo de toda la historia. Lo novedoso de las últimas décadas es el diseño de sistemas industrializados equiparables a los existentes en hormigón y acero, manteniendo sus ventajas como recurso renovable y de bajo impacto ambiental.
Continuará…