Más bien, todo lo contrario: detalla cambios que estamos a tiempo de implementar, a la vista del impulso que va a vivir este sector y que puede suponer la creación de nuevos puestos de trabajo, como acabamos de conocer tras la reciente noticia del Consorcio del Gobierno con el Grupo Volkswagen e Iberdrola para levantar una planta de baterías de coches eléctricos en España.
Resulta evidente que la movilidad eléctrica posee un alto valor añadido para el sector del automóvil. Por todo ello, desde la experiencia que nos aportan más de veinte años de trabajo e investigación en el área de instalaciones en edificios, consideramos que los nuevos usos deben conllevar nuevas respuestas arquitectónicas transversales que atiendan a múltiples perspectivas.
La ciudadanía tiene el derecho, casi el deber, de utilizar vehículos cada vez menos contaminantes; sean híbridos, eléctricos o con pila de combustible de hidrógeno (la alternativa que, personalmente, más me convence, pero eso sería tema para otra reflexión).
Del mismo modo, los arquitectos tenemos el deber y la responsabilidad, junto con los legisladores, de garantizar la seguridad en los edificios.
Del mismo modo, los arquitectos tenemos el deber y la responsabilidad, junto con los legisladores, de garantizar la seguridad en los edificios. Ahora es el momento de desarrollar planes de seguridad para estos nuevos usos, antes de que se instalen miles, decenas de miles de puntos de carga en el interior de los edificios. Si las autoridades competentes tienen alguna duda sobre la relevancia de hacerlo o no, que pregunten por esta cuestión a los servicios de bomberos de nuestro país. Seguro que ellos tienen mucho que aportar.
Al fin y al cabo, tan urgente resulta la implantación del vehículo eléctrico para contribuir a la descarbonización de nuestras ciudades, como lo es mantener y mejorar los niveles de seguridad de los ciudadanos. Nuevas tecnologías requieren implementar la seguridad con nuevas medidas. No son suficientes las anteriores. La mano izquierda plantea cosas nuevas, la derecha debe actuar en consonancia.