Sala de prensa
La Fiesta de la Tirana es una celebración de carácter religioso típica del norte de Chile. En esta instancia fue donde Sofía Laso, estudiante de Psicología en la Universidad del Desarrollo, comenzó a entender lo que significaba ayudar a los demás, esto porque la familia de esta joven antofagastina repartía bebidas calientes a la gente más necesitada del sector durante el tiempo que duraba la celebración. A partir de esta vivencia,
Sofía fue viviendo distintas experiencias de ayudas solidarias hasta llegar a convertirse en la actual jefa general de Mente (sede Santiago), el voluntariado de Psicología UDD que organiza distintas actividades para niños y adultos. Cuando ingresó a la universidad en el año 2016, a estudiar su primera carrera (Bachillerato en Ciencias Jurídicas y Humanidades), estaba ansiosa por seguir ayudando a los demás, pero descubrió que no podía participar en los voluntariados de la UDD porque durante sus vacaciones aprovechaba de viajar a Antofagasta para ver a su familia.
Estaba ansiosa por seguir ayudando a los demás.
A pesar de esto, Sofía no se desanimó y decidió crear, junto a una amiga del colegio, su propio voluntariado llamado Ex-Rendicinos Solidarios, con el cual organizaron tres navidades para los campamentos más necesitados del sector. Este trabajo lo pudo lograr gracias al aporte de empresas y también al apoyo que recibió de la Facultad de Gobierno. “Mandaron mails a mis compañeros diciendo que estaba haciendo este trabajo y que los que quisieran donar algo lo podían hacer, eso sirvió un montón porque se acercó mucha gente”, comenta.
El 2017 se cambió a Bachillerato de Psicología para seguir después con esta carrera. “Sentí la necesidad de hacerle un bien a la sociedad, tratar de llevarle una sonrisa a un niño. Pero también me generaba impotencia no poder darle algo a todos, como a los adultos que quieren sentirse escuchados. En muchas conversaciones con gente en situaciones de campamento o catástrofe me decían que a veces no se sentían parte de la sociedad porque no eran reconocidos, no había alguien para que los escuchara a la hora de desahogarse.
Continuará…