Felipe Irarrázabal
Centro Competencia UAI
Universidad Adolfo Ibáñez
No lo sé. La pregunta es interesante, aunque demasiado amplia. Más complejo aún sería saber qué medidas concretas habría que adoptar para disminuir esa amenaza, si fuese cierta, sabiendo que también existen eficiencias.
Una asociación de consumidores solicitó al Tribunal de Libre Competencia (TDLC) abrir un expediente de recomendación normativa (ERN) para discutir estos temas. El TDLC resolvió iniciar el proceso y ofició a las autoridades económicas para que aporten antecedentes.
Al día siguiente, los medios de comunicación informaron sobre el ERN y lo catalogaron de “inédito”, transcribiendo algunas palabras del ministro de Hacienda: “Es un tema que está en el radar de su cartera” y “se necesita una visión de conjunto sobre estos conglomerados”.
”La pregunta es interesante, aunque demasiado amplia.“
A mi juicio, la solicitud de la asociación tiende a mirar a los grupos económicos los alrededores de 25 conglomerados familiares, muchos de los cuales combinan negocios financieros con otros industriales— como una suerte de manada de lobos feroces que dominan la economía de nuestro país. Chile tendría excesivos niveles de concentración, en especial en los grupos económicos, y sería un “país carísimo”, todo lo cual ha sido la base del malestar de la ciudadanía de los últimos años.
Sostienen, con un grado de convicción algo abrumante, que esta forma de organización de la economía genera efectos dañinos en el acceso a los mercados financieros, desplazamientos de las pymes, instancias de coordinación colusiva, predaciones, disuasión a la entrada, afectación al bienestar económico e influencias indebidas en las autoridades de turno.
Así, los grupos económicos serían la fuente de todos o muchos de nuestros males, y si eso fuese cierto, esta ERN sería la madre de todas las batallas. Esa certeza de diagnóstico viene acompañada, por cierto, de una certeza aún mayor en los remedios. Continuará