Mucho se ha escrito sobre los grandes logros de la Revolución de Octubre de 1944. Documentos variados se han publicado, libros, folletos, conferencias, talleres, y hasta documentales sobre este movimiento contra el general Ponce Váidez, a quien Jorge Ubico Castañeda le trasladó el mando de la nación al comprobar que su gestión, de 14 años, estaba agotada. La rebelión organizada por dos militares y un civil, Francisco Javier Arana, Jacobo Árbenz Guzmán y Jorge Toriello Garrido, apoyaron el movimiento y lograron apoyo en la fuerza estudiantil universitaria, empresariado, comercio y magisterio, a efecto de que en el 20 de octubre de 1944 se consolidara el derrocamiento de Ponce Váidez y surgiera una junta de Gobierno, que convocó a una Constituyente y elecciones generales para Presidente, hechos trascendentes que culminaron con la elección del Dr. Juan José Arévalo Bermejo.
El Congreso revolucionario no solo redactó la Constituyente sino que en la misma se normaron las garantías individuales, libertad de expresión, organización social, mejoras salariales, código de trabajo, Seguro Social, fortalecimiento a la educación laica y gratuita, inversiones sociales de trascendencia, financiamiento directo a las comunidades, debido a que las arcas nacionales estaban libres de toda deuda externa, respeto a la propiedad privada y a las inversiones internacionales, surgimiento de las escuelas-taller tipo federación, y el inicio de programas agrarios bien organizados con la creación de la institución de administración de fincas nacionales y el Banco Nacional Agrario, supervisado por el Banco de Guatemala, y técnicamente funcional.
A más de siete décadas de distancia –el actual gobierno en su conjunto– ha lanzado los programas de Presupuesto Abierto, Descentralización, Diálogo Nacional, Gobierno compartido, programas fuertes y directos contra el abuso, corrupción administrativa, intensa lucha contra el narcotráfico, lavado de dinero y adquisición ilícita de bienes, fortalecimiento constitucional y apoyo directo a los gobiernos locales, a los programas de seguridad, justicia, salud, educación, y se enfrenta a redes viales destruidas y que poco a poco va arreglando las cosas etc. Que hay grandes avances, ni dudarlo, pero podría lograrse mucho más si trabajamos juntos compartiendo conocimientos e inversiones en todos los rubros del desarrollo social, porque si seguimos dentro de un palenque de pelea, seguiremos siendo ciudadanos pobres, miedosos y víctimas de la desestabilidad y crimen organizado, el peligro es latente, y la seguridad compartida sigue siendo un programa tecnocrático, pero nada funcional a pesar de los esfuerzos que se hacen.