Poco a poco, y mediante un esfuerzo poco visibilizado, la Unidad de Atención a la Víctima de la Policía Nacional Civil (PNC) se ha convertido en un centro de apoyo a las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar, pero, especialmente, en un espacio que rompe el silencio que prima entre las afectadas.
De acuerdo con Mauricia Urízar Ramos, oficial III de la PNC y segunda al mando de la Oficina, en promedio, reciben entre 35 y 40 denuncias diarias.
“Para este tipo de trabajos contamos con personal capacitado en diferentes áreas y la intención es brindar un servicio con calidez humana, donde las víctimas se sientan protegidas y confiadas”, expresó.
Mencionó que el personal cuenta con conocimientos en leyes y recibe constantemente capacitación, para estar actualizado sobre los diferentes hechos ilícitos que se cometen contra los derechos de las mujeres, niñas, niños y adolescentes.
Según Urízar Ramos, se cuenta con 56 delegaciones desplegadas por el país, las que funcionan las 24 horas, todos los días.
Cuando una persona llega, se le escucha y, dependiendo la gravedad del caso, se le ofrece asesoramiento, se le explica cómo será el procedimiento, se le recuerdan sus derechos y cuál es el camino a seguir.
Normalmente, los casos son trasladados a juzgados de Familia, de Paz, así como al Ministerio Público (MP), Procuraduría General de la Nación (PGN), hospitales nacionales y a organizaciones no gubernamentales (ONG), para que se les garanticen las medidas de atención y seguridad.
“La mayor parte de los delitos es cometida por algún familiar o pariente cercano, incluso, exconvivientes. Son pocos los casos en los que figuran como victimarios personas desconocidas”, anotó.
La gravedad de la situación ameritó que la Unidad impulsara campañas estratégicas, para motivar la denuncia, las que han tenido una incidencia importante en la lucha por romper el silencio. Los mensajes son difundidos en las distintas comunidades, en idiomas maternos, para que tengan mayor impacto, finalizó Urízar Ramos.
