Han sido 10 años de espera para que la banda californiana toque en Guatemala. También una década de aquella primavera de conciertos de rock en que vinieron Metallica, Megadeth y Korn. Guns N’ Roses iba a venir, pero una depresión tropical en Costa Rica y Panamá arruinó los sueños de los roqueros guatemaltecos. Resulta que el escenario que usarían en nuestro país era el mismo de Costa Rica, pero la fuerza del temporal lo destruyó y, por supuesto, se suspendió la fecha.
Panamá corrió la misma suerte, pero antes de instalar el equipo cancelaron la fecha y se movieron a El Salvador. Con un grupo de amigos estuvimos a nada de comprar las entradas para ir a verlos al Estadio Cuscatlán, mas cuando anunciaron la fecha en Guatemala, desistimos. Por los videos de Youtube se ve que fue un conciertazo.
En las redes sociales del 2010 soñábamos con crear un presupuesto de nuestro triste sueldo para ir a conciertos. Ya no tendríamos que ir a México o Costa Rica para ver un grupo de primer mundo. Las apuestas para nuevas presentaciones era de lo que se hablaba: Stone Temple Pilots, Soundgarden, Pearl Jam, Green Day, AC/DC y así, cualquier banda importante. Nadie creía que de pronto Guatemala fuera un ombligo importante en el circuito roquero. Y todo porque Metallica logró que llegaran no menos de 30 mil personas al Doroteo Guamuch Flores. Fue increíble.
A los promotores se les hizo agua la boca, aunque vieron aquello con cierto desdén y molestia. Pensamos que por fin harían caso a nuestras súplicas, pero con todo y esas condiciones favorables dijeron: “Es un alegrón de burro” y “ya no volverá a pasar”. “Mejor nos dedicamos a lo nuestro, que son conciertos de baja calidad; para gustos más populares como el reguetón, Marco Antonio Solís y Olga Tañón, que siempre llenan, y por eso vienen todos los años al país”, se dicen. ¿Y el rock?, ja, ¿cuál rock? Eso, afirman, no vende y no les interesa. “Aquí no hay bandas”, sonríen cínicamente.
Por cierto, nunca devolvieron el dinero de las entradas del concierto en Guatemala. Los medios tuvieron la oportunidad de denunciar la estafa y prefirieron hacerse de la vista gorda, porque nadie se va a preocupar por 3 mil personas cuando millones sufren en el país. Con esa mentalidad hasta U2 vendrá. ¿Y qué? Típico del chapín y de las agendas mediáticas. Nunca ven los conciertos como una forma de turismo.
Hay mucha tela que cortar. De arriba para abajo y de un lado para el otro. Desde los patrocinadores y las radios nacionales que dicen poner música de la banda cuando no es así, hasta la carencia total de equipo e infraestructura para hacer un concierto, llegando al “cultísimo” fanático musical guatemalteco, que solo oye los sencillos de cada disco, y la poca atención que se le da a la seguridad de estas presentaciones.
Con todo y este escenario lúgubre, GNR actuará en el Cementos Progreso, un lugar con las condiciones mínimas. Cuando haya pasado el concierto y veamos los resultados, no dudemos que los problemas de organización y seguridad nos recuerden por qué bandas importantes no vienen.