Después del éxito masivo que Radiohead tuvo con OK Computer, la expectativa creada por Kid A fue para detener el planeta. Los MTV de EE. UU. y Latinoamérica anunciaron la premier del disco a las 21:00 de un domingo y sin comerciales, dos días antes de su estreno mundial. A la hora en punto apareció en la pantalla de nuestros televisores un fondo animado acompañado del rock electrónico de la banda. Millones de fanáticos en el continente americano apagaron la luz de su dormitorio y escucharon con atención el álbum por 50 minutos.
Con dedo acusador, el escenario musical de aquel tiempo señaló a Radiohead de ser una banda prepotente y altanera, por hacer un disco “demasiado inteligente y elitista”. Fue una inquisición feroz y apenas habían pasado tres días desde su lanzamiento.
La leyenda urbana que resonó fue la de un joven estadounidense que compró el álbum y luego de escucharlo lo revendió por US $3 aduciendo que no era lo suficientemente inteligente para entenderlo. La anécdota, publicada en la revista Alternative Press, fue contada a Thom Yorke en una entrevista. Aquello le pareció decepcionante al no comprender cómo algunos fanáticos se cerraron a la posibilidad de escuchar algo nuevo.
Aceptémoslo, las letras de Yorke estaban en un idioma muy escueto, como mensajes encriptados. Thom atravesaba una depresión severa y un bloqueo artístico, y aquellas frases sueltas eran mantras que le hacían mucho sentido. Kid A hacía referencia al supuesto nacimiento de un niño por medio de la clonación, que por aquel 1998-99 se anunciaba sin comprobarse; el peligro del mal uso de la tecnología para la humanidad.
El disco se inicia con Everything In Its Right Place, un pasaje sónico que recita el título de la canción sobre loops y teclados, mientras Kid A es un delirio electrónico sin sentido. Ambos temas son difíciles de describir y asimilar, y reconozco que casi cambio de canal luego de escucharlos. The National Anthem tiene una sugestiva intro roquera. Thom musita sus letras ininteligibles. La instrumentación de los vientos es como si metieran a una banda de jazz en un saco y le pegaran a una pared. Su desorden es seductor.
How To Disappear Completely es conmovedora. Se mueve sobre una guitarra, y la voz de Yorke es un lamento con letras despersonalizadas, apáticas y suicidas. “I’m not here / This isn’t happening” es un mantra doloroso. Le sigue la instrumental Treefingers.
Optimistic fue el sencillo no oficial. Es el que más suena a un éxito de rock y el que más pusieron en las radios, especialmente las nacionales. Limbo es etérea y fascinante, e Idioteque se maneja entre los sonidos de un martenot y una batería electrónica con letras paranoicas.
Morning Bell es de las más extrañas. Yorke compró una casa, al poco tiempo le dijeron que en el inmueble aparecía un fantasma y decidió dedicarle una pista. Sí, así como se lee. No es sobre el divorcio como se pensó. Motion Picture Soundtrtack despide el Kid A y parece una carta suicida, pero no lo es.
La banda informó que ocho meses después lanzaría el mellizo Amnesiac. Acompañó el anuncio con una aparición en el programa Saturday Night Live, para promover Kid A en el imaginario anglosajón y aumentar las ventas. La disquera EMI sufrió por el desastre comercial y después de la controversia Radiohead se convirtió en la banda más importante del mundo.