viernes , 22 noviembre 2024
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Con la acidez no se ríe llorando, se ríe hasta llorar

Si tiene problemas, ría. Si se siente mal y cree que se ahoga, ría. Si quiere levantarse el ánimo, ría y lo mejor, ya no hay que ir con Garrick. Tome el control del televisor y acuda a Netflix. La lista de humoristas que ofrecen monólogos humorísticos es larga. Ahora, si usted busca un humor sesudo, esta lista de comediantes guardan opiniones cáusticas que atraviesan tiempo, culturas y espacio (¡y con subtítulos en español!). Por antonomasia hay lenguaje soez y todo lo políticamente incorrecto. Si eso no es de su agrado, mejor no se acerque a ninguna de estas opciones:

Baby Cobra: Ali Wong vive un embarazo de al menos 26 semanas y eso no la detiene para hacer mofa de su estado, los hombres y las mujeres. Si lo ve, llegará a un punto de no retorno en el que no sabrá si reír o indignarse ante sus declaraciones: “El feminismo es lo peor que le ha sucedido a las mujeres. Nuestro trabajo era… no tener trabajo. (…) Podríamos continuar haciéndonos las tontas otro siglo más”. El cinismo femenino es un deleite.
Bill Burr: este sujeto vale por dos. No porque sea blanco y se burle de los abusos de esa condición, y menos de la sorna a todo lo políticamente correcto, no. Vale por dos porque puede encontrar dos stand ups del comediante: Walk Your Way Out y I’m Sorry You Feel That Way. En ambos salta de humor al análisis antropológico del ciudadano americano, principalmente de la ridícula doble moral y la religión, sin ignorar el machismo.
Neal Brennan: para reír y meditar acuda a Neal. Su stand titulado 3 Mic. tiene una mecánica simple: En cada uno hace comentarios específicos: 1) en el que lee chistes ocurrentes, 3) el stand up clásico que cuestiona la mojigatería y se ríe de sí mismo y su pasado, y 3) el análisis y la reflexión profunda de la depresión que puede llegar a vivir un comediante durante años. Oscuridad y risa a partes iguales.
Carlos Ballarta: con este mexicano se acepta que la única diferencia de México a Panamá es la comida y el acento, las mañas sociales permanecen. Su humor en el show El amor es para p**os es de lo más cínico que puede haber. Las clases sociales se enfrentan y no teme en ser lapidario con sus comentarios: cual metralleta arremete contra todo, niños, ancianos y sexos, incluso él mismo (hace honor a la primer regla de la vida, “ríete de ti mismo”).
Richard Prayor: si existiera un Olimpo de la comedia, Richard se sentaría a la diestra de Zeus. La presentación Richard Prayor: live in concert data de 1979 y es la prueba tangible que el humor atraviesa los umbrales del tiempo. El padre de la comedia de las décadas de 1970 y 1980 está disponible. La carcajada está garantizada. Tendrá que poner pausa para poder reír hasta llorar y no perderse el chiste siguiente.

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