Foto: Cortesía: JBE
Alejandro Alonzo
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Si ustedes creían que Don Quijote de la Mancha, con sus 1077 páginas, era un libro demasiado extenso, prepárense, que hay un nuevo libro ridículamente largo en la ciudad. Los 50 volúmenes del manga One Piece han sido reunidos en un solo tomo de 21 450 páginas. Está siendo aclamado como el libro más largo que existe, aunque es físicamente imposible de leer.
Compartida por primera vez por el periódico británico The Guardian, esta monstruosa colección, acertadamente titulada “ONEPIECE”, no se acredita al creador original de One Piece, Eiichiro Oda, sino al artista multidisciplinario Ilan Manouach, quien es el responsable de este libro convertido en obra de arte.
El artista ha impreso la edición digital japonesa de One Piece y la ha encuadernado toda junta, convirtiendo al tomo prácticamente en una escultura, producida por la editorial francesa JBE. Aunque ONEPIECE fue producida si involucrar a Oda, el hecho de que la pieza es ilegible supuestamente descarta cualquier infracción a los derechos de autor.
ONEPIECE es un tomo de 22 mil páginas que no se puede leer.
Con un peso de casi 38 libras, el enorme lomo de 30 pulgadas de ancho cuenta con hermosas ilustraciones a todo color de momentos icónicos y personajes del manga original. Esta es la decoración perfecta para los fanáticos acérrimos que no tienen problema en desembolsar 1900 euros. Y créanme que los hay.
Porque independientemente de lo ridículo que pueda parecer este libro, la edición de 50 ejemplares se agotó a los pocos días de su lanzamiento. Esto prueba una de dos cosas: o la gente comprará cualquier cosa si ama el tema lo suficiente o los cómics se han convertido en nada más que una mercancía. Cualquier aficionado de los cómics esperaría que fuese lo primero, pero ese no parece ser el caso.
De hecho, Manouach ha declarado que diseñó el libro específicamente para resaltar cuánto se consideran los cómics como mercancías hoy en día. No está errado. Hay empresas que se dedican a proteger cómics en empaques de plástico rígido sellados al vacío. Si bien el ejemplar está protegido, es totalmente ilegible, como ONEPIECE.
Lejos están los días donde los lectores llegaban con emoción a la tienda de cómics local a buscar sus títulos preferidos para empezar a leerlos inmediatamente. El interés empezaba y terminaba con la historia y las ilustraciones. Ahora, los cómics se compran y se mantienen sellados con la esperanza de que algún día valdrán una tonelada de dinero. O se colocan en un estante porque eso es todo para lo que se pueden usar. Finalmente, no deja de ser chocante ver que un cómic de casi 22 mil páginas, que es físicamente imposible de leer, se agote tan rápido. ¿Qué sigue, una televisión que no puedes ver?