Alejandro Alonzo
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Lee Falk (1911-1999), fue un hombre sumamente ocupado. Además de dramaturgo, novelista, director y productor teatral, Falk fue el creador de dos de los personajes más famosos del cómic: Mandrake the Magician (Mandrake el Mago) y The Phantom (El Fantasma), que en el pico de su popularidad, atrajeron a más de 100 millones de lectores diarios.
El escritor empezó la vida como Leon Harrison Gross, hijo de un matrimonio judío de St. Louis, Misuri, y perdió a su padre a temprana edad. Años después, el joven cambió su nombre a Lee Falk, combinando un sobrenombre de su infancia con el segundo nombre de su padrastro.
Cuando Falk comenzó su carrera como autor de cómic, su biografía oficial afirmaba que era un viajero experimentado que había estudiado con místicos orientales. Pero esto era un artificio de Falk para aparentar ser el tipo de persona que podía escribir sobre héroes trotamundos como Mandrake the Magician y The Phantom.
Lee Falk creó dos de los más populares e influenciales personajes de cómic.
En realidad, su viaje a la ciudad de Nueva York para presentarle Mandrake the Magician a la distribuidora King Features fue, en ese momento, lo más lejos que había viajado desde su casa en St. Louis. Más adelante, sin embargo, se convirtió en un verdadero trotamundos, al menos en parte, para evitar la vergüenza de que otros viajeros lo pusieran en evidencia.
Las aficiones de Falk dieron lugar a sus máximas creaciones. Mandrake The Magician (1934) nació de su fascinación por los espectáculos de ilusionismo. El personaje guardaba mucho parecido a su autor, ya que él mismo se usó de referencia para diseñar a Mandrake.
Por su parte, The Phantom (1936) surgió del gusto de Falk por los mitos y leyendas como las de El Cid, el Rey Arturo, los héroes del folclore nórdico y griego y personajes de ficción populares como Tarzán. El diseño de The Phantom, con su traje ajustado (inspirado en las mallas de Robin Hood) y sus ojos sin pupilas (inspirados en las blancas esculturas de la antigua Grecia) fue especialmente influyente en la industria de los superhéroes y fue imitado por los creadores de Batman, Deadpool, Iron Man y muchos más.
Falk también era aficionado al arte dramático, llegando a escribir una docena de piezas. También manejó cinco teatros, produjo más de 300 obras, y dirigió actores de la talla de Marlon Brando, Charlton Heston y Paul Newman.
Originalmente, Falk pensó que sus tiras cómicas durarían unas pocas semanas en el mejor de los casos. Sin embargo, las escribió durante más de seis décadas, hasta los últimos días de su larga y galardonada vida. Sus personajes le sobreviven, adaptados a todas las manifestaciones culturales imaginables, incluyendo el cine, la televisión y los videojuegos.