En la portada del primer número del cómic titulado Capitán America, el homónimo protagonista aparece noqueando a Adolf
Hitler. La tapa llegó a causar tal sensación y se hizo tan icónica que 70 años después fue referenciada en la adaptación cinematográfica del superhéroe producida por Marvel Studios.
La portada fue creada por dos artistas que tenían amplias razones para querer golpear a Hitler en el rostro. Jack Kirby y Joe Simon eran hijos de inmigrantes judíos europeos y estaban al tanto de las iniquidades que el líder nazi y sus seguidores cometían en Alemania, especialmente contra los hebreos. Sin embargo, en 1940, EE. UU. aún no había entrado en la II Guerra Mundial y los horrores de la Gestapo le parecían demasiado lejanos a los estadounidenses. Kirby y Simon concluyeron que la forma de hacer que sus compatriotas conectaran con la realidad era mostrar a Hitler recibiendo un sopapo.
Por supuesto, no podía ser cualquiera quien administrara el puñetazo, y el dúo tenía al héroe indicado. Recientemente Kirby y Simon habían empezado a desarrollar personajes para la editorial Timely Comics, de entre los cuales destacaba un héroe patriótico que combinaba rasgos de los héroes Blue Bolt y The Shield. Simon diseñó para el personaje un traje azul elástico y ajustado que permitía libertad de movimiento y dejaba entrever sus abundantes músculos. A esto agregó una camisa de cota de malla; e inspirándose en la bandera estadounidense, colocó barras rojas y blancas en su torso y una estrella en el pecho.
También contaba con un escudo puntiagudo (el famoso escudo redondo vendría después). Originalmente, Simon bautizó al héroe como Super American, pero eventualmente decidió continuar la tradición de otorgarle el rango de capitán a los personajes, y así fue como se llamó Captain America.
Cuando Simon y Kirby le presentaron su portada a Martin Goodman, el empresario tuvo recelo ante la idea, pero no porque fuera demasiado osada u ofensiva. “El hombre es un ser vivo”, dijo, refiriéndose a Hitler. “¿Qué pasa si lo matan antes de que saquemos el cómic? ¡Quedaríamos en ridículo!”. Los artistas creyeron que esto significaba un rechazo, pero fue todo lo contrario. Goodman aceleró el proceso de producción considerablemente para que el héroe llegara a los puestos de periódicos cuanto antes.
Captain America #1 fue un éxito total y le abrió la puerta a los cómics propagandísticos, cuando casas editoriales y el Gobierno se dieron cuenta del poderoso impacto que tenía mandar a los superhéroes a la guerra.