En 1947, la editorial Educational Comics (EC) fue golpeada por la tragedia: el fundador, Max Gaines, falleció en un accidente. Su hijo Bill no quería manejar el negocio y solo se apersonaba en las oficinas ocasionalmente. Al ver el desinterés del heredero, Sol Cohen, el gerente de negocios de EC, se hizo cargo para salvar la firma. Determinó que la empresa necesitaba cambios e hizo transformaciones radicales urgentes. Cambió el nombre a Entertaining Comics (cómics entretenidos), pues razonó que mencionar “educación” ahuyentaba a los jóvenes, su público primario.
Durante los siguientes dos años Cohen clausuró todos los títulos infantiles y educativos, reemplazándolos por los de romance, crimen y wésterns. El 1948 fue crucial porque se publicó el primer cómic del género que traería fama (e infamia) a la editorial: el terror.
Will Gaines cambió de opinión y regresó a EC a relevar a Cohen. Poco a poco se comenzó a consolidar un equipo épico de dibujantes y escritores, en el que destacan Johnny Craig, Wally Wood, Bill Elder, Jack Davis, Al Feldstein, Harvey Kurtzman y Joe Orlando, por mencionar unos cuantos.
A partir de 1950 Gaines descartó los wésterns y se enfocó en tres líneas editoriales: el horror (Vault of Horror, Tales From The Crypt y Haunt of Fear), la ciencia ficción (Weird Science y Weird Fantasy) y el crimen (Two-Fisted Tales, Crime SuspenStories y Shock SuspenStories). A esto se agregaría un proyecto de Kurtzman, un cómic de humor llamado MAD.
La editorial se hizo famosa por sus agresivas y sangrientas historias con giros inesperados. En sus títulos de horror se hacían frecuentes alusiones a la magia negra, monstruos, fantasmas, demonios, zombis y demás criaturas de la oscuridad. La combinación de tramas provocadoras y magníficos dibujos creados por talentosos artistas hizo que los cómics se vendieran como pan caliente.
Sin embargo, no todos gustaban de los cómics de EC, especialmente el doctor Fredric Wertham, quien en su libro Seduction of the Innocent (1954) acusó a los títulos de crimen y terror de contaminar la mente de los niños. Esto ocasionó un pánico moral de enormes dimensiones, que obligó a Gaines a clausurar todos sus cómics, a excepción de MAD, revista humorística que deleitó a varias generaciones hasta su clausura, en 2019.
Desde los años 70, los cómics de crimen y terror de EC han tenido un resurgimiento de popularidad, gracias a adaptaciones cinematográficas y televisivas de su contenido. Esto se ha traducido en ventas de mercancía variada, reimpresiones, y colecciones de lujo. Al igual que los monstruos sobrenaturales, el legado de EC se rehúsa a morir.
